Asclépios se encuentra entre los abnegados mentores de la humanidad terrestre, comparte la soberana elevación de la colectividad a la que pertenece, pero, efectivamente, es aún una entidad de nuestro planeta, aunque funcionando en círculos más elevados de la vida. Pasé a ver el estómago de los pequeñitos en plano secundario, porque era la claridad positiva del Evangelio la que inundaba ahora mi alma, invitándome a la contemplación feliz de un futuro mejor. –Sobre todo, André –dijo– debemos considerar que la hermana Zenobia, a pesar de su extensa visión espiritual, tendrá sus razones para solicitar esta colaboración. Cada trabajador fiel a su deber posee un valor específico, incontestable. Enferma desde hace mucho tiempo, cooperó con nosotros durante años consecutivos, dándonos lo mejor de sus fuerzas. Recordando mi caso particular y sediento de explicaciones constructivas, pregunté a nuestro orientador, mientras regresábamos al plano carnal, por la mañana: –Apreciado asistente –pregunté– discúlpeme el deseo de conocer detalles del servicio... Pero ¿podría informarme si Dimas desencarnará en el momento adecuado? http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 138 La advertencia no sonó bien en mis oídos. ¿Sería justo el aplazamiento? Demostrando la generosidad espontánea que le caracterizaba, desarticuló mis impresiones desagradables, con asuntos nuevos. Creamos oportunidades con empatía e integridad. Probablemente, sólo podremos liberarlo después de transcurridas más de doce horas. En balde, rogarán socorro las entidades endurecidas en el crimen y en la indiferencia. La hermana Zenobia había situado delante de nosotros, a un adiestrado especialista en la travesía de aquellas sendas estrechas, y, conforme con la recomendación inicial, manteníamos un riguroso silencio, atravesando en fila aquella senda hostil. Focalizando la mente en nuestros trabajos, el instructor prosiguió, en otra inflexión de voz: –¡Sobre todo, oh Padre! Postula en el siguiente enlace: ¡Oportunidad de prácticas! En nuestro grupo había alegría general. Sin embargo, Dimas podrá ser amparado por el amor de los que sienten afecto por él, después que se deshaga del cuerpo físico. En vista de las mejoras obtenidas, hubo expansión de júbilo familiar. Confieso mi culpa y te ruego me perdones... Discúlpame... Hablaba venciendo enormes obstáculos. Gritaba, gesticulaba, se afligía, como un sonámbulo inconsciente. Venciendo toda clase de obstáculos, le trajimos a las cercanías de la Casa; sin embargo, el peligroso estado en que se encuentra no nos autoriza a ofrecerle asilo, sino protección indirecta. Mientras la señora hablaba con su esposo, a distancia, mi orientador dijo, de buen humor: –En breves momentos, tendrás la clave del problema. Contémplalo con gratitud y respeto. Gracias a Él y a vosotros, acabo de vencer una gran batalla en la guerra del amor contra el odio, de la luz contra las tinieblas y del bien contra el mal, en la que me encuentro empeñada, desde hace muchos años. No podía disimular mis propias preguntas ante aquel detalle de la conversación. –gritó ella, fijando en mis sus grandes ojos de loca ¿No lo sabe? ¡Una sublime escena del paraíso en el infierno de atroces padecimientos! –Nuestro amigo –continuó el asistente– se hizo el acreedor feliz de innumerables cuidados por la renuncia con que siempre se condujo en el ministerio. –exclamé– ¡si los hombres encarnados entendiesen la belleza suprema de la vida! Gotuzo dijo que iría inmediatamente. Enseguida, Jerónimo tomó la palabra y se dirigió a ellos, comentando: –Amigos, la ayuda de esta noche no se destina a la cura del cuerpo físico, puesto ahora a distancia por las necesidades del momento. ¿No era suficiente la limitación lamentable a la que se entregaban? ¿No sería conveniente que nos organizásemos contra semejante pandilla de criminales? Un hediondo pasado está vivo, dentro de mí. Qroma. Nada somos, hijito, pero el Padre misericordioso todo lo puede. Ahora está vestido con un elegante traje de gris. Coloqué mentalmente la presencia de Jesús, nuestro Maestro invisible, donde tú estabas siempre. Son trabajos de reencarnación de orden inferior, más difíciles y complejos. El enfermo había realizado un gran esfuerzo. Es verdad que los errores deliberados turban nuestra conciencia, obligándonos a gastar un tiempo valioso en la lucha reparadora, pero el Señor jamás niega recursos de rectificación a los que le ruegan su socorro, en el propósito fiel de reconquistar la armonía divina. La invadió un súbito malestar, al entrar en contacto con los depauperados centros físicos. Nuestra venerable hermana, no obstante, lejos de irritarse, habló pacientemente: –Pediremos a Jesús que te devuelva, aunque sea por algunos momentos, el don de oír. –suplicaban los menos atrevidos– ¡Recójannos por caridad! Van conmigo un ex-sacerdote católico, una enfermera y un médico. Su palabra adquirió un impresionante poder de repercusión. Llegados a la sala de las reuniones colectivas, nuestra nueva amiga explicó: –Esta es la parte que nos fuerza al servicio más duro, al ser receptáculo de las emanaciones mentales y de los pedidos silenciosos de toda la gente que nos visita. En la lastimosa posición mental en que permanecéis y en la que muchos de vosotros perseveráis apasionadamente, sois tan auténticos demonios de la perversidad y del crimen, que ni siquiera los latigazos del dolor consiguen cambiaros. Colocándose a nuestro encuentro, los mensajeros del Padre ejercitan el sacrificio y la abnegación, sufren los choques vibratorios de nuestros planos más bajos, vuelven a tomar la forma que desde hace mucho abandonaron, se hacen humildes como nosotros, y, para que nos hagamos tan elevados como ellos, se dignan ignorar nuestras flaquezas, para hacernos partícipes de sus gloriosas experiencias... Interrumpió el curso de las palabras, nos miró en silencio y prosiguió en otro tono: –Comprendemos que, allá afuera, ante los lazos morales que aún nos amarran al plano físico, es casi inevitable la recepción de las reminiscencias del pasado, a distancia. La aprovecharé para dirigirme a sus colaboradores, en un ruego a la comprensión general. El médico no tardó en llegar, pero en balde aplicaron adrenalina, una sangría en el brazo, los sinapismos en los pies y las ventosas secas en el pecho. ¿Y si fuésemos nosotros los viudos? Muy cerca, su esposa profería frases de intensa amargura. El anciano modificó el tono de voz, miró en dirección del cadáver y comentó, en tono confidencial: –Pocos hombres fueron tan discretos como éste. La explicación me llegó a lo más hondo. Los demás titubeaban, debilitados, carentes de una noción clara de lo que ocurría. El mérito no es un patrimonio común, sino que desafía a todos los caminantes de la vida hacia la suprema elevación. Prisioneros de nuestras creaciones inferiores, la muerte nos precipitó en el despeñadero del purgatorio, parecido al tenebroso infierno de la teología mitológica. Escuchando sus observaciones, bajo una inmensa expresión de alegría y encanto, no pude contener la conclusión que salió, optimista y espontánea, de mi boca: –Gotuzo, pero ¿como tú, tan experto en los problemas de rescate espiritual, cómo guardas tanta nostalgia de tu antiguo hogar? La sabia benefactora, sin embargo, cortó las palabras, consolándole: –Los lazos terrenos, entre vosotros, fueron interrumpidos. Pronunciando palabras reconfortantes, monta guardia al cadáver y llama a un médico amigo. ¡qué preguntas! Y contemplando tal vez, el paisaje del futuro, se demoró en una meditación, en la que, ciertamente, enviaba su himno interior de reconocimiento al Altísimo. Observé que nadie pronunció una palabra ante Albano en su testimonio de humildad. La disnea le concede una tregua más larga y el moribundo le entrega un testamento, en el que relata sus últimas voluntades. Era un modestísimo operario, que tal vez estuviese allí por fuerza de circunstancias inapreciables. Ve el perfil de María Elena Torres Vásquez en LinkedIn, la mayor red profesional del mundo. La cariñosa benefactora, cuya mirada mostraba todos los detalles de la escena conmovedora, respondió bajo una fuerte emoción: –Los ángeles lloran de júbilo en las regiones celestiales, cuando un corazón que sufre se levanta del abismo... El ex-sacerdote meditó largos momentos, dándonos la impresión de gozar de un gran alivio. Se valió, entonces, de todos los valores de intercesión, en los instantes en que su alma lúcida puede operar al ausentarse de su cuerpo, y triunfó con las súplicas insistentes, obteniendo una reducida dilatación del plazo para la desencarnación de Albina. ¿Qué hacían allí semejantes verdugos? Sí, su pantalla de recuerdos habla bien alto. http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 160 –Entréguese a Dios, amigo mío. http://www.espiritismo.es. Estamos autorizados a aliviarle, lo que haremos hoy, liberándole del peso de la materia densa. Entre los ingratos y rebelados, había criaturas que se mostraban, afligidas y arrodilladas, que nos llegaban al corazón con sus gemidos de socorro y amargas quejas, que, sin embargo, no podíamos aliviar con ningún beneficio precipitado, en virtud de la peligrosa condición mental en la que se mantenían, condición que les imponía sufrimientos reparadores. Nos centraremos en las extremidades, asegurándoles las manos e impulsados por nuestra energía, harán el vuelo con nosotros, sin mayores impedimentos. ¡Muchas veces caímos, pero, la mano invisible del Señor nos arrebató con misericordia, del fondo del http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 63 lodo o de las profundidades del abismo! Olas ingentes de sufridores aterrados comenzaron a alcanzar las defensas. ¿Quién me despertará? ¡Amigo mío, que nostalgias torturantes de mi casa feliz! Se expresaba con una voz tan dolorida que el himno parecía un amargo lamento. Esperaremos a la noche para ese fin. Pero, ¿no quieres ganar el más allá? En breve tiempo, me reuniré a los nuestros en la vida mayor. –exclamé, sin curiosidad, ante la compasión que el triste cuadro provocaba– ignora que su cuerpo volvió al lecho de cenizas. ¿Cómo se sentiría Dimas, ahora? ¡Sálvanos del torbellino infernal! Sobre todo, se dócil para que nuestro auxilio no sea mal interpretado por la visión deficiente que traes del plano físico. Los fervorosos en la fe habían sido pasto de las fieras. Desde ese grupo familiar, de alto concepto en la apreciación general, emanaban órdenes y beneficios para el bienestar de todos. Tal vez por nuestro pésimo hábito de largas conversaciones sin provecho, adquirido en la corteza planetaria, no encontrábamos gran encanto en aquellas respuestas francas y directas, sin cualquier lisonja a nuestro personalismo dominante. Pero no nos queda otra alternativa. ¡No parecían lamentos de corazones sufridores, sino algarabía de fieras sueltas. Nos acercamos al barrio humilde en el que Fabio vivía. En este año, la administración le compete a ella, en el venidero, tendremos las directrices del hermano Galba. Tan pronto como sea posible, retomaré mi lugar, como espíritu. ¿Quiénes éramos nosotros, para convertirles si el propio Señor les toleraba, paciente y amigo, sus torpes palabras sin represalias individuales? Pero el obstinado amigo continuaba reaccionando: –¡No! Zenobia, delicada y activa, nos dispuso en torno a una gran mesa, al fondo de la cual se erguía una pantalla transparente de grandes proporciones. Entretanto, el orden legal del Universo se cumple, invariablemente. El mísero la contemplaba, extasiado, como si tuviese la más hermosa visión de su vida. En QROMA estamos en búsqueda del mejor talento para cubrir la posición de Practicante Regulatorio. Los genios diabólicos se hicieron más duros. Se percibía que la elevada orientadora se unía a los dos, a través de los hilos del doloroso romance que no nos era permitido conocer. Señalando un punto del paisaje, dijo: –En función del servicio a realizar, recomendé que dos auxiliares le trajesen al lugar adecuado, donde podamos orar libremente y auxiliarlo con nuestras palabras, sin interferencias. No ignoráis que nuestra Adelaida necesita libre el camino de la espiritualidad superior. El proceso de esclarecimiento e información no podía ser más directo, ni más educativo. Haces brotar la hierba para el ganado y las plantas que el hombre cultiva, para sacar de la tierra el pan… La lectura del Salmo iba por la mitad, cuando la Casa, como una aeronave, comenzó a elevarse. Se trata del Padre Doménico, entidad a quien debo mucho. El médico ladeó la cabeza y exclamó casi en un susurro: –Es imposible continuar así. Su rostro quedó inmóvil y sus ojos parecían de cristal. Y señalando a un viejo desencarnado, en cuclillas sobre su propia sepultura, comentó: –Venga y escúchele. Las aflicciones que produces son alegría en los cielos. Resumí mi apreciación inicial, mirando una vez más, en aquel instituto, una bendita escuela de la espiritualidad superior, por la ocasión de siembra divina que proporcionaba a los misioneros de la luz. –¡Ataquemos al cura! Es raro encontrar compañeros carnales en condiciones de atravesar semejante zona, inmediatamente después de la muerte física. Presentía que un gran grupo de infelices se revolcaban en el suelo, más abajo. ¡Socorro! En semejante paraje, la atmósfera se enrarecía de manera sensible. Tal vez llevé demasiado lejos mi propósito de vivir para la religión, y no le presté la atención necesaria... Me acuerdo de que, a veces, me llamaba “sacerdote sin sotana”. ¿Quizás los espíritus reconocidos como malos también organizaban expediciones semejantes a las que realizábamos para el bien? http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 61 Permaneció silenciosa, mientras la seguíamos, enternecidos, con la mente vuelta hacia la oración. Nadie podría decirle nada en contra. Por su cara corrían copiosas lágrimas. Podría quizás proporcionarme un testimonio valioso para cualquier esclarecimiento en el futuro que pudiese prestar a otros. Además, amiga mía, nuestra ansiosa expectativa, en sí misma, vale por súplica ardiente. Presentándoles el nuevo trabajo en que André Luiz comparece rasgando velos, recordamos que Allan Kardec, el inolvidable codificador, se refiere varias veces, en su obra, a la erraticidad, donde se estaciona un considerable número de criaturas humanas desencarnadas. Avanzada la noche, regresa a la iglesia y el adversario, como quien vuelve de un ligero viaje, le saluda, con disimuladas demostraciones de estimación y confianza. Inmediatamente después de mi alejamiento, sé de antemano que mucha gente intentará desanimaros. Noté, sin embargo, que él no registraba mis pensamientos, ni siquiera de manera parcial, mostrándose menos ejercitado en las facultades de penetración y, al entrar al recinto, donde le aguardaban numerosos pacientes, noté que la asistencia allí se administraba a los enfermos en masa, dentro de las más groseras y lentas vibraciones, exigiendo la colaboración especializada de médicos desencarnados que, como sucedía con Gotuzo, aún conservaban sintonía con los intereses inmediatos de la corteza terrestre. Parecían prisioneros suspirando por la libertad. Al final, promete al corazón paterno el exacto cumplimiento de sus últimos designios. –Gotuzo cuenta en esta institución con amigos que le están infinitamente reconocidos –dijo Zenobia, sensibilizada. La directora de la Casa Transitoria nos condujo a los cuatro, camino adentro, afirmando que haríamos solos la primera parte del programa de servicio. Necesito investigar nuevos lugares y solicitar la ayuda de otras casas especializadas. Comprendimos inmediatamente la finalidad de la enseñanza indirecta y delicada y nos callamos, prevenidos en cuanto a la necesidad de resguardar la mente contra las viejas sugestiones del mal. ¡Te imploramos la debida inspiración para cometer nuestras responsabilidades! Utilizando el vuelo, con maestría, Hipólito me preguntó: –¿Has colaborado antes en algún servicio parecido al de hoy? Me siento rodeado de buenos amigos que no nos olvidan y, ¿quién sabe si estaremos juntos, de nuevo, en un porvenir no lejano? –insistí, preguntando. Comprendemos la grandeza de su misión ennoblecedora y, si vamos a depender tanto de su generoso amparo en esta casa, es nuestro deber cooperar en los trabajos en que nuestra humilde colaboración pueda ser útil. El bondadoso padre desencarnado se puso en marcha. Dejando ver que deseaban alejar la mente de las centenas de rebeldes que allí se congregaban en activo movimiento de insurrección, miraban hacia lo Alto y cantaban himnos de reverencia al Señor, en regocijo de su propia renovación, cánticos sofocados por la algarabía de los rebeldes agitados. No sé diferenciar lo real de la ilusión... Me llevaron a un hospital y entré en esta pesadilla que usted está viendo. Convivió con los desalentados y afligidos de toda clase. Recordé mis escasos conocimientos de la doctrina freudiana y volví mentalmente al consultorio, donde, muchas veces, venían amigos atacados de extrañas y desconocidas enfermedades mentales, a buscar ayuda de mis pobres nociones de medicina, a pesar de mi falta de especialización en tal sentido. Escuché las sensatas observaciones y, registrando la nobleza de su alma, pasé a exponer mis consideraciones íntimas en torno a la tarea que nos había llevado hasta allí. ¡Muéstrame tu alegría! Se estableció, entre nosotros, una pausa, que aproveché, atentamente, organizando mis pensamientos sobre el asunto, considerando los argumentos constructivos que el asistente había enumerado, en beneficio de mi propia iluminación. Enseguida, nos miró, tranquila, y dijo: –Hermanos, que el Señor les recompense por su colaboración fraternal, repartiendo con todos la felicidad que he alcanzado. El instructor, rápidamente, tomó de nuevo la palabra y se dirigió a nosotros con firmeza: –¡Amigos míos, vuestra parte no se acabó correctamente. ¿Por qué motivo una determinada súplica imponía la renovación de la ruta a seguir? No podía establecer comparaciones apreciables, ya que, durante todo el tiempo de nuestra permanencia en el instituto, estuvieron encendidas las luces artificiales. Trabajaron, fieles en la causa del bien, y nuestras autoridades nos encargaron asistirles. Antes de mayores explicaciones, retumbó un nuevo trueno en las alturas. El director, el cooperador y el amparado, atentos a las responsabilidades inherentes al programa de Jesús, instintivamente se convierten en los instrumentos vivos de la luz de lo Alto. ¡Ven sin miedo por aquí! Pasaron algunos minutos y entramos, a nuestra vez, al recinto radiante. Efectivamente, atendiendo a las influencias de los amigos espirituales, que le daban intuiciones indirectamente, Fabio se dirigió a la esposa, expresando el deseo de tomar un suave baño tibio, en lo que fue atendido en pocos instantes. Me siento inexplicablemente mejor y deseo aprovechar la pausa de reposo. Bajo el punto de vista humano, se consagró lo necesario a su esposa e hijos, pero, si bien es verdad que les prodigó mucha ternura, no les proporcionó todo el esclarecimiento de que disponía, que les habría liberado de la esfera pesada de incomprensión. ¡No desfallezcas! La Casa Transitoria de Fabiano les ha prestado el socorro posible, y esta ayuda, hasta hoy, viene siendo repelida por nuestros hermanos desafortunados. No me enfado al saber que estáis nostálgicos, pues también yo siento la falta de tu presencia, de su ternura, de la caricia de nuestros hijos, pero me quedaría contrariado si supiese que la tristeza inundó nuestro alegre nido. Pero, de cualquier modo, mi sorpresa no era disparatada, porque constituíamos una comisión de trabajo definido, con actividades trazadas por superiores jerárquicos. Todos nosotros, los que nos asociamos en este paisaje de dolor, tuvimos, a nuestro alrededor, mendigos de afecto y socorro espiritual mostrándonos, en vano, las llagas de sus necesidades. El asistente sonrió y comentó: –¡Oh! –dijo la directora, delicada y afectuosamente– somos nosotros que deseamos tu bien. Profundizando en la interpretación directa de la parábola, Hipólito cambió el tono de voz y prosiguió: –¿Cuál de nosotros no habrá sido, en la corteza del mundo, aquel “rico, vestido de púrpura y lino finísimo”, de la enseñanza del Maestro? No obstante, se notaba que aquella conversación le hacía un inmenso bien. Urgía descender para colaborar con el Maestro del amor, disminuyendo los desastres de las caídas morales, suavizando padecimientos, curando heridas, secando lágrimas, atenuando el mal, y, sobre todo, abriendo horizontes nuevos a la ciencia y a la religión, deshaciendo de ese modo la milenaria noche de la ignorancia. Hizo un pequeño intervalo entre el saludo y el objetivo de su permanencia entre nosotros. Vengo a hablaros de nuestros sencillos trabajos, en los planos espirituales unidos a la corteza de la Tierra. En virtud de la perseverancia en el bien que caracterizó sus actitudes, su liberación será agradable y natural. Si consigues triunfar en todas las necesidades de la vida humana, manteniéndote a la altura de las exigencias naturales de la existencia terrestre, Jesús compensará tu esfuerzo con la corona de los bienaventurados. Notando nuestra presencia, notó nuestra disposición fraternal y preguntó: –¡Amigos míos! Oyéndole, la interpelada parecía despertar de un buen sueño y gritaba, semiinconsciente: –¡Hijito! En esta ocasión, tenemos la visita de una bienaventurada celeste. El impulso magnético inicial proporcionado por Jerónimo era lo bastante fuerte para que sufriese algún percance ante tan débil resistencia y el grupo avanzó, avanzó sin retroceder, hasta que mucho más allá, alcanzamos la Casa de Fabiano, donde la hermana Zenobia nos acogió cariñosamente. Si estuviésemos tratando con una criatura ajena a los servicios de la espiritualidad superior, sería comprensible el cuadro que se desarrollaba ante nuestros ojos, pero Dimas había sido un instrumento dedicado del Espiritismo cristiano, que consagró su existencia a la consoladora doctrina que cambia la tumba vacía por la vida eterna. El pequeño sonrió, jubiloso, por haber encontrado un motivo para alegrar a la enferma y preguntó, con naturalidad: –¿Cuál? Lavando leprosos, tratando locos, asistiendo a huérfanos y a viejitos desamparados, los continuadores de Cristo se daban trabajo a sí mismos, se dedicaban a los infelices, esclareciéndoles su mente, y le ofrecían lecciones de substancial interés a los legos de la fe viva. Luego, suministró cierta cantidad de fuerzas al pericardio, así como a las estrías tendinosas, asegurando la resistencia del órgano. Sus manos caen inertes. Por otra parte, Dimas-libre, es decir Dimas-espíritu, despertaba. Transcurrieron algunos minutos sin que los demás utilizasen la palabra. Adelaida y Fabio, algo habituados al desdoblamiento, asumieron una discreta actitud de observación y silencio. Estaba obligado a satisfacer obligaciones convencionales y a perder mucho tiempo en manifestaciones de culto externo, pero aprovechó todas las oportunidades para testimoniar su proceder cristiano. Como no ignoran, estamos haciendo en el Espiritismo evangélico la recapitulación del Cristianismo. –Ciertamente, hijo –se apresuró Ernestina en responder–, nuestra amiga te acompaña desde el plano superior, implorando a Jesús que bendiga tus propósitos de redención. No es sin razón. Vino de nuestra Colonia espiritual, hace poco más de medio siglo, consagrándose a la tarea oscura para atender mejor a los divinos designios. –gritaba, pegando su cabeza al busto inclinado hacia el frente, para hacerse sentir mejor ¡Ayúdame! No lo puedo garantizar –respondió sonriendo– naturalmente, cualquier espíritu encarnado, delante de un cuadro de estos, podría ser víctima de la locura, Y, posiblemente, pasaría algunas horas en franco desequilibrio, dada la novedad del espectáculo. Barcelós iba a proseguir, pero repicó, sonora, una campanilla, que nos convocaba para los preparativos de la oración. –Gime bajo una terrible pesadilla, en los brazos maternos, explicó Fabricio al recordar el hecho relatado. Miré sus rasgos. ✅ Recién egresado de las carreras Ingeniería industrial, Ingeniería Química, o afines. ¡Sí! –comencé. Y, francamente, recordando los hechos, me río, aún hoy, de la confianza ingenua con que cerré los ojos en el hogar, por última vez. No conseguiría describir lo que pasaba dentro de mí. Y, aún ahora, al relatar la experiencia, me acuerdo de la extraña sensación de felicidad que Mercedes sintió, al despertar en el lecho con la perfecta impresión de guardar la delicada flor entre los dedos. Había algunos focos de luz encendidos y, en pocos minutos, el responsable de la tarea nos ponía al corriente del trabajo a ejecutar. Algo leve e imponderable, semejante a un cariñoso soplo de la naturaleza, agitó suavemente al árbol respetable, balanceando los arbustos y la minúscula hierba, que se reflejaban en las aguas muy azules, dulcemente encrespadas, cada vez más... Mi gramínea estaba, ahora, tan viva y tan bella que el pensamiento de angustiosa nostalgia de mi antiguo hogar amenazó, de repente, mi corazón aún frágil. ¿Qué motivo impulsaba al plano superior para prestarle tanta atención? Debo deciros que, volviendo a tomar el cuerpo físico, experimentaréis un natural empeoramiento de vuestras sensaciones, agravando vuestra tortura, porque los remedios para el alma, en la presente situación, intensifican los males de la carne. http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 93 Jerónimo estaría al tanto de todo lo necesario para esa identificación de señales, pero, dentro de mi ignorancia, no contuve la pregunta: –Pero, ¿cómo nos aseguraremos, de esa renovación? Natalia Valery tiene 1 empleo en su perfil. Fuertes recuerdos absorbieron mi ser, oprimiéndome inesperadamente el alma, y yo me preguntaba a mí mismo por qué misterio el espíritu enriquecido de observaciones y valores nuevos, respirando en campos más altos de la inteligencia, tiene necesidad de volver al pequeño círculo del corazón, como bosque imponente que no prescinde de la sencilla y reducida gota de agua para saciar la sed a sus raíces... Sentí el deseo mal disfrazado de arrebatarles obligatoriamente de la Tierra, transportándoles junto a mí, deseoso de reunirles, a mi lado, en nuevo nido, sin separación ni muerte, y hacerles experimentar los júbilos de la vida eterna... Mis lágrimas estaban prestas a caer. Sus ojos se paran en la contemplación de la última escena. Pero, al percibir nuestra presencia mostraron su enfado, y uno de ellos, más decidido, después de mirarnos desilusionado, gritó a los demás: –¡No podemos hacer nada! http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 128 Inmediatamente después, contemplando al recién desencarnado, como si indicara que deberíamos centralizar todo el interés del momento en su bienestar, comentó, acariciando su frente: –Nuestro amigo reposa ahora, terminada la tormenta de las pruebas incesantes. Todo mal, aunque perdure milenios, es transitorio. –Con gran satisfacción –asintió el asistente– colaboraremos en la ejecución de ese propósito. Se puede recibir ayuda y cooperación fraterna, sin embargo, cada hombre, por sí mismo, se elevará al cielo o descenderá a los infiernos transitorios, de acuerdo a las disposiciones mentales a las que se apega. Con el alma destrozada por el dolor, vencidos por la aflicción, soportando innumerables padecimientos, os entregáis, muchas veces, al desaliento, a la rebeldía y desesperación. –objetó, sorprendido, el interlocutor– ¡No, no puede ser! Señor, dame fuerzas para resarcir todas las deudas, curar todas las llagas, corregir todos los errores que están vivos dentro de mí... Perdóname, concediéndome recursos para el rescate, no me dejes entregado a los efectos de las pasiones que yo mismo creé sin pensar, favoréceme con tus reprensiones silenciosas en las situaciones que lo exijan y, sobre todo, Benefactor sublime, gratifica a Tus siervos que me ayudan, en esta hora, dándoles renovadas bendiciones de energía y paz, para que auxilien a otros corazones tan extenuados y caídos como el mío! ¿Se muere o no? El amigo se adelantó, la levantó y la abrazó con infinito cariño. El ex-sacerdote hizo una breve parada, sonrió afablemente, y afirmó: Los movimientos del trabajo en nuestro plano, por lo tanto, no pueden ser vistos con la misma deficiencia de examen que antiguamente presidía nuestras observaciones. ¡Somos tus hijos, frágiles y confiados! Cuando los ruegos crecieron, partiendo de tantas bocas, los verdugos empuñaron látigos siniestros, esparciendo latigazos, casi indiscriminadamente... La mayoría de los pobres que se mantenían arrodillados se desbandó, a pasos tan apresurados como les fue posible, regresando a las esquinas sombrías del valle profundo. Su espíritu, no obstante, se mantenía en calma y confiado, a despecho de la profunda perturbación orgánica. www.kitempleo.pe Y, con expresivo gesto de buen humor, prosiguió: –No existe, por lo tanto, novedad propiamente dicha. Antes de advertirte, ya rogué al Señor que te bendiga e inspire siempre. En el pasado, raras veces procedíamos en obediencia a los dictámenes de la Ley. En pocos segundos, se hicieron más nítidos. –Nada más razonable y constructivo –opinó Sempronia, la destacada orientadora que dirigiría por primera vez la expedición de socorro a los huérfanos encarnados. Sintiendo los elementos vacilantes que nos rodeaban, recordé la vieja descripción del maremoto de Messina, en el que, aterradas, ante la naturaleza perturbada, no sabían las víctimas como salvarse, porque, alrededor suyo, la tierra, el mar y el cielo se conjugaban en un ciclópeo y sincronizado arrasamiento. ¿Dónde encontraré a mi víctima para suplicarle el perdón que tanto necesito? En tales momentos, volvía a los síntomas de la molestia que había destruido su cuerpo físico, y con dificultad, conseguíamos sustraerle a la extraña psicosis, haciéndole regresar a la posición normal. Una aflictiva inquietud dominaba mi espíritu. No es que el Señor intente transformar a sus discípulos en conejillos de indias, sino que por la imposición natural de la obra educativa, la lección del alumno atento y fiel debe interesar a la clase entera. Vestido con una túnica muy blanca, el director de la casa extendió la mano en nuestra dirección y exclamó con grave entonación: –Los emisarios de la Providencia no deben sembrar la luz sin provecho, constituiría para nosotros una grave falta recibir, en vano, la gracia Divina. Sonriendo ante mi pregunta, que había provocado enseñanzas tan básicas, concluyó: –Buscar los dones espirituales para la vida eterna no es igual a la investigación de objetos perdidos en la Tierra. Y como el asistente callase, pensando, quizás, en el objetivo fundamental que nos conducía al trabajo previsto, procuré retener mis impulsos indagadores. La puerta del rescate se abre de nuevo a tu alma oprimida. Obra psicografiada por Waldo Vieira. El Maestro aprovecha las cualidades del discípulo, en determinado sector del aprendizaje, aplazando, por misericordia, la mejoría y el perfeccionamiento de ciertas zonas oscuras de la personalidad. Puedes postularte importando los datos de tu CV mediante las siguientes plataformas: Por favor, a continuación ingresa el email con el cual te postulaste para enviarte vía email una solicitud de actualización de perfil. A veces, el aprendiz se retrasa por meses, años o siglos... Jesús no es el señor de la violencia y nunca impone actos drásticos a la obra evolutiva. Después de una ligera interrupción, continuó el predicador, bien inspirado: –Ninguno de nosotros, los que rogamos por vuestra renovación, encontró hasta ahora la residencia de los ángeles. Una claridad de terrible belleza barrió la neblina de arriba a abajo, ofreciendo, por un instante, un asombroso espectáculo. En QROMA estamos en búsqueda del mejor talento para cubrir la posición de Practicante Profesional de Compras Como usted sabe, las descargas eléctricas del átomo etérico, en nuestra esfera de acción, ocasionan realizaciones casi inconcebibles a la mente humana. Había entrado en juego una imperiosa exigencia que nuestra colonia examinó con la debida consideración. En un punto de la conversación, el compañero que nos guiaba, percibiendo la curiosidad con que examinábamos la parte interna del edificio, construido con una substancia singularmente liviana, dijo: –Es el tipo de construcción para movimiento aéreo. Se levantó, recogió a la nuera en sus brazos y la tranquilizó: –Ven, Marília, ven a mi corazón. Estamos, ahora, juntos, en una vida más feliz. Ninguno de nosotros se aventuró a formular ninguna pregunta. No toleraba sofocar su idealismo ardiente. Con el mismo criterio, observaríamos a los que renacen en el plano denso como personas transferidas de la vida espiritual a la materialidad, no simbolizando semejante figura cualquier inmersión inconsciente y estúpida en las corrientes carnales. Practicante De Compensaciones at Qroma. Precisamos comentar nuestras necesidades, llenos de buen ánimo, dentro de la noción de la próxima despedida. Mientras tanto, Jerónimo recomendó a Bonifacio retirar a la sombría figura de la ex-esposa de Cavalcanti, diciendo: –No nos conviene de ahora en adelante la permanencia de semejante criatura. No pude disimular la sorpresa que me asaltó ante esa ocurrencia. http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 125 XIV PRESTANDO ASISTENCIA Durante la noche mis compañeros de misión, incluyendo a Jerónimo, parecían menos interesados en seguir el caso de Dimas, reservándose para continuar el trabajo al día siguiente, cuando nos correspondería transportarlo hasta la Casa de Fabiano. No deseo adoptar otros designios que no pertenezcan a Él, a nuestro Salvador. En cuanto a los servicios confiados por algún tiempo a tu custodia, están fundamentalmente unidos a Cristo, quién proveerá las modificaciones que juzgue oportunas y necesarias. La virtud y el defecto, la manifestación sublime y el impulso animal, el equilibrio y la desarmonía, el esfuerzo de elevación y la probabilidad de caída perseveran aquí, después del tránsito de la muerte, obligándonos a la serenidad y a la prudencia. Creo, sin embargo, que el servicio diplomático de mi iglesia no está bien atendido en el cielo. ¿Quién podría asegurar que no hubiéramos sido padres nuevamente? Estallaron unos sollozos atroces de su pecho oprimido. Poco a poco, con la acción de Jerónimo, se calmó, respiró a ritmo casi normal, abrió los ojos y exclamó, reconfortado: 11 El glomérulo es la unidad anatómica funcional del riñón donde radica la función de aclaramiento o filtración del plasma sanguíneo (nota del traductor). Su colega de sacerdocio podría inducirle al buen ánimo y al valor necesario para el trabajo de reparación futura, pero no conseguiría eliminar de su conciencia los negros residuos mentales de los actos practicados. El argumento era lógico e incisivo. Oigo decir, Mercedes, que el sol es mucho más lindo en ese paisaje de encantadora luz y que, por la noche, los árboles floridos parecen a hermosos candelabros, porque las flores maravillosas retienen el resplandor divino... En ese instante, una pregunta asaltó mi mente. ¿Qué felicidad mayor que ésta, la de esparcir, con Nuestro Señor Jesucristo, tus bendiciones redentoras y cariñosas? Comprendí, entonces, que la desventurada sentía todos los fenómenos de la descomposición cadavérica y, examinándola detenidamente, reparé que un hilo singular, sin la luz plateada que caracterizaba al de Dimas, pendía de su cabeza, penetrando suelo adentro. Con la voz muy cambiada, comenzó a expresarse la emisaria a través de ella: –¡Hermanos, sea con nosotros la paz del Cordero Divino! El agonizante inspiraba compasión. Integró la comisión espiritual de servicio que viene atendiendo a los necesitados, a través suyo, en los últimos seis años. ¡La tomaremos a la fuerza! Estimaba profundamente a las cooperadoras y era, igualmente, muy querida de todas ellas. #Compras #Practicas #profesionales #postula #oportunidad #talento,  #PracticasProfesionales Busqué aislarme, cerrar los oídos a los llamamientos de la sangre, cerrar los ojos a la visión de los intereses terrenos, y la liberación, al final, se dio en pocos segúndos. No identificaba todavía nuestra presencia, como sería de desear, pero observaba, atemorizado, las escenas que le rodeaban. Se trataba de un gabinete cristalino, en cuyo interior cabían perfectamente dos o tres personas. El caserío compacto de Río se hallaba ahora a nuestra vista. Adelaida se esforzó para mostrar satisfacción en el semblante nuevamente abatido y rogó, tímidamente que le fuese concedido el obsequio de intentar, ella misma, a solas, la desencarnación de los lazos más fuertes, en esfuerzo personal, espontáneo. –¿Sientes a los amigos espirituales a tu lado? Otros departamentos estarían preparados para las visitas de los encarnados parcialmente liberados por el sueño físico, para recibir beneficios magnéticos, de acuerdo con las solicitudes autorizadas. La reducida asamblea era selecta y distinguida. Sin embargo, en la cuestión en examen, se trataba de un pedido de la Corteza, actuando directamente en nuestro núcleo distante. Nadie muere. –Sin embargo –objeté, curioso, profundizando en lo que más me interesaba del asunto– ¿No existen criaturas, esencialmente bondadosas, que se liberan de los lazos físicos , y que están incluidas más o menos en comisiones de servicio espiritual de naturaleza superior, sin que haya misiones de salvamento, previamente designadas para socorrerlas? Por eso no se establecen conjuntos de cooperación para los médiums en general, sino sólo para aquellos que estén dispuestos al trabajo activo. Debíamos buscar su residencia, sin pérdida de tiempo, proporcionando a su organismo los posibles recursos magnéticos a nuestro alcance. Jerónimo y Fraga administraron al agua pura ciertos agentes de absorción y ampararon a la esposa, que, a su vez, ayudó al marido a bañarse, como si estuviese satisfaciendo el deseo de un niño. Me aproximé al enfermo, auscultando su situación orgánica. Enseguida rogó, conmovida: –Y ahora que iniciamos el trabajo, que tanta significación tiene para mi alma, insisto en que me perdonen el carácter personal de la tarea. Bonifacio se aprestó para cumplir la orden y aseguró su cooperación integral. Zenobia oía con atención. El Padre conoce nuestros vicios milenarios en materia de inclinaciones afectivas y nos prevenía el espíritu contra las falsas divinidades. Si eso sucede, querida, no lo rechaces. La conversación crea el ambiente y coopera en definitiva para el éxito o para la negación. Después de llevar a cabo algunas llamadas, la directora de la Casa Transitoria de Fabiano nos confió al cuidado de Heraclio, abnegado cooperador de la institución, y se alejó. Por mi parte, me hubiese gustado formular más preguntas, sin embargo el momento no era oportuno. La entidad manifestó sincera satisfacción y añadió: –¡De acuerdo! Me arrodillé, sollozando, al pie del lecho humilde en el que reposaba y le pregunté por el patrimonio de paz que, al partir, había depositado, confiado, en sus manos. Se calló, de repente, la orientadora, conservándose en actitud de quien medita, en silencio, con el corazón vuelto hacia el Todopoderoso. http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 151 XVII RUEGO SINGULAR Mientras Dimas se recuperaba lentamente, Fabio cobraba fuerzas con notable rapidez. Cuando la respiración se hizo más oprimida, el homicida pidió socorro a las personas de la casa, después de inutilizar la prueba del crimen, ante sus ojos asombrados. Hombre de complexión http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 130 robusta y pasiones violentas, se aproximó al espectador inesperado y le interpeló, brutalmente, a lo que el pobre respondió, humildemente: –¡Doctor –no estoy espiándole, lo juro! En un largo diálogo, le propuso la compra de la parroquia, en forma particular. En ocasiones como ésta, la resolución lo es casi todo. Echando la mirada por la extensa sala y fijándose en las tristes escenas, entre encarnados y desencarnados, preguntó: –¿Por qué fueron internados tantos locos aquí? ¡Ah! Pero, si ese era el camino escogido, ¿Qué razones le habían llevado a desposar a una pobre criatura, incapaz de compartir con él su hambre de luz? Los residuos que le unen al cadáver están casi extinguidos. Inspira a tus discípulos iluminados para que representen Tu espíritu sublime, al lado de los ignorantes, de los criminales, de los desviados, de los perversos. Mientras, semiinconsciente, fustigado por el dolor y por la desesperación, no le veo disfrutando las claridades del nuevo día que surge. Para todos ellos, el compañero de sufrimientos deliraba, inconsciente. El compañero fijó en mí sus ojos inteligentes y lúcidos, como diciendo en silencio que sabía todo eso, se esforzó por parecer jovial y respondió: –No te preocupes. Al principio me herí en las espinas puntiagudas del camino y experimenté atroces desengaños... Conseguí, sin embargo, vencer los obstáculos más inmediatos y logré, jubiloso, una pequeña elevación. Gotuzo enjugó las lágrimas que corrían abundantemente de sus ojos y, en vista de la impresión fuerte que su llanto me causaba, terminó: –Casi diez años han transcurrido y mi amargura continúa tan viva, como en el primer momento. http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 31 IV LA CASA TRANSITORIA Después de un viaje normal a través de caminos comunes, alcanzamos una nublada región, donde parecía imperar, incesantemente, una asfixiante tristeza. Allá afuera, hay cirios encendidos y actitudes respetuosas de los parroquianos que se multiplican, visitando sus despojos, después que un bondadoso médico que, íntimamente, cree que se ha suicidado, certifica su muerte como un fulminante ataque al corazón, para evitar escándalos en el círculo siempre venerable de la religión. El anciano, sin embargo, se niega y se justifica. Ahora podemos hablar y atender a los objetivos de nuestro viaje. http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 132 Aun no había terminado estas consideraciones, cuando la esposa de Dimas, en un acceso de llanto, se levantó del lecho en que reposaba y avanzó hacia el cadáver, repitiendo su nombre, conmovedoramente: –¡Dimas! ¡Loado sea Dios! ? Enseguida, el interlocutor se explicó: –Siempre tuve por Dimas una sincera admiración, por la ayuda provechosa que supo ofrecernos. El libre albedrío, que garantiza créditos naturales, puede solicitar cambios y presentar exigencias justas, pero, aquí, las condiciones son diferentes... Las almas groseras y endeudadas, no pueden ser atendidas en sus preferencias acerca del propio futuro, en función de la ignorancia deliberada en que se complacen, indefinidamente, y, de acuerdo con aquellos que les tutelan desde la región superior, son obligadas a aceptar las rutas establecidas por las autoridades competentes para sus casos individuales. Nosotros, los de la expedición socorrista, tomamos a los recién liberados por las manos, imprimiéndoles energía para la subida prodigiosa, rodeados de amigos que nos seguían, alegres y venturosos, camino de los planos más elevados. Por eso tiene defensas personales, pero la residencia se conserva a merced de las visitas de toda índole. ¿Qué deseáis de mí? A pesar de las protestas, el Padre Doménico ya acusaba señales de transformación íntima. Regresa, confiada, mientras preparo mi propia vuelta. En este momento, el ex-sacerdote suspendió por largo rato la predicación, y pudimos realizar un detenido examen del cuadro exterior. Y en esa categoría, amigo mío, tenemos en la corteza planetaria un porcentaje cada vez mayor de posibles alienados, que requieren la ayuda de psiquiatras y neurólogos 7, que, a su vez, se mantienen en posiciones opuestas a la verdad, presos a los conceptos académicos y a las rígidas convenciones de los preceptos oficiales. Plenamente desorganizado, el hígado comenzaba definitivamente a paralizar sus funciones. Ante mi extrañeza, Hipólito consideró: –No te extrañes. Pero, antes de que nos alejáramos, observando el cuadro emocionante del hospital de beneficencia donde estaba el moribundo, pregunté a Jerónimo, admirado: –Ya que nuestro tutelado se debilitará hasta el punto de poder observar en el plano invisible a los ojos mortales, ¿Llegará a ver también las escenas de vampirismo que se dan en este recinto? ¡Qué horror! Sin embargo, todos allí, con la hermana Zenobia al frente, hacían todo lo posible por convertir el Puesto de Socorro en un oasis reconfortante. De ahí la necesidad de esos refugios fraternales, en el que almas heroicas y dedicadas al sumo bien se consagran a santificadas tareas de amparo y vigilancia. Penetrando el portón del sepulcro y dándome cuenta que no estaba en la corte de los santos, volví, como si fuese un sonámbulo, para interpelar al sacerdote que había encomendado mi cadáver a las estaciones celestes. Pero, ella misma reconocía lo inservible de su cuerpo físico. El link de actualización de perfil fue enviado a tu email. EMMANUEL Pedro Leopoldo, 25 de marzo de 1946. http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 6 INTRODUCCIÓN Por encargo de la Federación Espírita Española he procedido a traducir esta magnífica obra de André Luiz a través de la psicografía de Francisco Cândido Xavier. No, amigos míos, no nos atrevemos a emitir semejante opinión. Es un hombre que se da cuenta de lo que ocurre y se aleja, alucinado, sin que identifique su presencia. A la vuelta, bordeando pantanos y guardando la misma severa actitud de vigilancia, teniendo en cuenta las posibles sorpresas del camino, hicimos todo el trayecto en un profundo silencio. Sin referirme sólo a los que conocía, recordaba la propia historia del Cristianismo. Magnetizados por nuestros recuerdos del pasado, no siempre comprendemos Tu voluntad soberana y justa. Les llegaba la ayuda magnética positiva, pero las ideas que se hacían del hecho eran muy diversas entre sí. Terminado el extraño adiós y, viéndose solo, el “Don Juan” dio algunos pasos para la retirada, espió, cauteloso, alrededor, e iba a continuar la marcha, cuando notó que alguien había observado sus gestos íntimos con aquella señora, que era la esposa de un respetable amigo. Aguardé, curioso, el anochecer, cuando en compañía del orientador, atravesé, de nuevo, la puerta del hospital. Veamos, por ejemplo, la luz solar, que condensa los colores básicos, susceptibles de ser señalados por nuestro ojo, en la Tierra. Experimenta la emoción inferior del hombre poco digno que siente el dominio absoluto sobre la presa... La pobrecita, sin embargo, llora y ruega su ayuda. http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 178 Terminada la conmovedora oración, la Hermana Zenobia vino a abrazar a Adelaida, extremadamente sensibilizada, e, inmediatamente después, reasumiendo su lugar, recomendó a los colaboradores que le ayudasen en el hermoso cántico de agradecimiento al círculo terreno que los hermanos liberados acababan de dejar. –volvió a decir él, tristemente– si la existencia humana nos hubiese unido, otro habría sido mi destino. Por exceso de consulta http://www.espiritismo.es OBREROS DE LA VIDA ETERNA 174 y abuso de confianza, no desarrollaríamos la capacidad de administrar o de obedecer. Haremos de buen grado todo cuanto esté a nuestro alcance para que la nueva experiencia le aporte luces y bendiciones. –¡Dios mío! En pocos minutos, la hermana Zenobia llamó aparte a Jerónimo. La visión imperfecta de los hombres encarnados reclama el examen perfeccionado de los efectos, pero la visión divina jamás desprecia las minuciosas investigaciones sobre las causas... Me callé, humillado. En unos momentos más y esforzándose por verle por última vez, el moribundo cierra los ojos en el acto final del cuerpo. Aparecían las más diversas escenas. Es verdad –confirmó el padre emocionado–, aprovechó todos los recursos que se le confirieron, a pesar de tener el cuerpo débil y enfermo, desde la infancia. La digna señora, después de mirar lentamente delicados ramos de rosas que adornaban el cuarto, comenzó a orar. Un caballero de edad madura, acostado en un pequeño diván, presentando terribles señales de tuberculosis adelantada, mantenía una conmovedora conversación con dos pequeños que aparentaban seis y ocho años, respectivamente. Puede llevárselo sin pérdida de tiempo. Le hablé, entonces, de la escena que tan tierna me había resultado. No somos apologistas de la violencia, sino sembradores del bien, y la base natural de la cosecha segura es la siembra cuidadosa. Todos aquellos a quienes heriste no han desaparecido para siempre. Mientras me disponía a visitarte, solicité que compareciese alguien de los planos más densos, para tener la certeza de sus disposiciones. ¿Por qué se producían semejantes disturbios? ¿Pero si es posible, Amado Médico, socórreme con tu compasivo y desvelado amor! Después de un nuevo intervalo, continuó: –Tu futuro padre, en la efímera existencia humana, corazón particularmente amado del tuyo, recibirá la ayuda amorosa y decisiva de un hijo muy querido, elevándose a la ennoblecida altura moral, por el sagrado estímulo de tu compañía. Más tarde, supe que el Puesto de Socorro alberga constantemente a diversos grupos de entidades, con características humanas primitivas, pero portadoras de virtudes y valores apreciables, que colaboran en la ejecución de las tareas generales educándose al mismo tiempo y preparándose para reencarnaciones y experiencias más elevadas. ¡Que horror! Los más perversos pasaron a contemplarnos, entre el recelo y la interrogación. Veo que estoy delante de un grupo armonioso y, desde la semana pasada, aguardaba la ocasión, no sólo para beneficiar a la colectividad que sufre en el abismo próximo, sino también para socorrer a un hermano nuestro, muy infeliz. La Teología, a pesar del ministerio respetable que le corresponde, enclaustraba nuestra mente en fantásticas concepciones del reino de la verdad. Nos recibieron tres amigos espirituales. Desde lo alto riegas las montañas, y la tierra se sacia con el fruto de tus obras. El link de actualización de perfil fue enviado a tu email. El pensamiento de gratitud a Dios, dentro de la sombra del sufrimiento, es como un rayo brillante de la aurora, como un preludio a la victoria plena del Sol sobre las tinieblas densas de la noche. ¿Por qué no confiar, de manera absoluta, en el Supremo Poder? Se abre el templo suntuosamente decorado con flores rojas. Su esfuerzo futuro, después de las realizaciones que viene llevando a efecto, beneficiará a todo el grupo familiar, en bendita tarea que no pudo realizar en la condición por la que pasó. ¡Atravesaremos la barrera de cualquier modo! Se le estiraron los miembros inferiores, con síntomas de enfriamiento. Desde ese momento, como si se hubiese puesto en acción una operación magnética desconocida, nuestra pintura colectiva comenzó a dar señales de vitalidad temporal. Constituía la libertad instructiva con la responsabilidad de mi conciencia y la confianza de mis superiores jerárquicos. Y ese proceso de cambio instintivo de los valores magnéticos les infundía una prodigiosa renovación de poder, porque levitaban, por encima de la desvariada reunión. Pero, con mayor o menor intensidad, todos los sufridores exhibían oscuros círculos de sombra en torno a ellos. Eran las palabras de despedida. Casi todas entraban o salían de ella, en grupos reducidos. Sufre el cerco permanente de espíritus desesperados y sufridores que están condenados por su propia conciencia a la rebeldía y al dolor. ¡Mi esposa y yo no soportaríamos semejante pérdida!” El eclesiástico que le asiste está muy emocionado. Sólo Él puede saber lo que pasará. –Amiga mía, comprenda las dificultades inherentes al asunto... respondió nuestro dirigente con gentileza. ✅ Disponibilidad para laborar de manera presencial en nuestra planta del El Agustino. Las gradas de la necrópolis estaban llenas de gente del plano invisible, en gritería ensordecedora. Link de la encuesta:  El enfermo ya no soportaba ninguna alimentación. . Haces brotar fuentes en los valles, y corren sus aguas por las quebradas. Fabio mostró una gran satisfacción en el semblante, mientras el muchachito se levantaba, obediente a la recomendación oída. Nos dirigió Albano una reconfortante sonrisa de optimismo y confianza, nos saludó, individualmente y, después de abrazar a nuestro mentor, exclamó: –Que el Maestro os ilumine y conduzca. En ese momento, envuelto en las vibraciones de profundo interés de los oyentes, imprimió un nuevo acento a su discurso y dijo con una indefinible melancolía: –También yo tuve en otro tiempo la obcecación de buscar rápidamente la montaña. ¿No tenía yo prerrogativas en el apostolado? El caballero, inconsciente de los problemas del espíritu, enunció nombres, relacionó fechas y recordó maliciosamente ciertos pormenores, prosiguiendo con maliciosa jocosidad: –Una noche, de madrugada, un conocido político salía del palacete residencial por la parte de atrás, acompañado de una señora que aparentaba excesiva despreocupación consigo misma, al despedirse con una intempestiva manifestación de afecto. Nos dio a entender, de ese modo, que el hombre es una columna sagrada del reino de Dios, que el corazón de cada criatura debe iluminarse, como santuario de la Divinidad, para reflejar Su grandeza augusta y compasiva. Comprobé que Dimas experimentaba un inmenso consuelo, gracias al gesto amigo de Jerónimo. –Guardo la impresión integral del cuerpo que acabé de dejar –respondió él, delicadamente. Sin embargo, no para los que intentan conjugar esfuerzos en la solución del gran e impenetrable problema de la humanidad. La conversación, gestos y los pareceres denunciaban su condición. Que el Padre de gracia infinita santifique tu grandeza y bendiga la naturaleza de tu seno maternal! Soportará nuestras faltas muchas veces, pero, en nuestro propio interés, deberemos estar vigilantes hacia sus enseñanzas, con la sincera disposición de aplicarlas. La simpática viejita leyó, pausadamente en voz alta. Nosotros somos parcas auténticas, efectuando semejante operación... Y como yo preguntase, tímido, por donde iríamos a comenzar, me explicó el orientador: –Según sabes, hay tres regiones orgánicas fundamentales que requieren extremo cuidado en los servicios de liberación del alma: el centro vegetativo, ligado al vientre, como sede de las manifestaciones fisiológicas, el centro emocional, zona de los sentimientos y deseos, ubicado en el tórax, y el centro mental, más importante por excelencia, situado en el cerebro.
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