Argumentos contra el especismo — Ética Animal Argumentos contra el especismo La pregunta de si debemos o no favorecer los intereses de los humanos sobre aquellos animales no humanos está en el centro de la ética animal. Por ejemplo, es muy probable que antes de escuchar la siguiente frase el lector no hubiera adoptado actitud alguna con respecto a la proposición que expresa: yo tengo tres hermanas. Se puede asumir el realismo directo o el realismo indirecto y, no obstante, los argumentos escépticos se sostienen, pues lo que realmente presuponen ellos es el llamado . Con ese fin discutiré algunas de las opciones de lectura más relevantes de la posición y la problemática planteadas por Moore, incluyendo las influyentes lecturas de Norman Malcolm y Barry Stroud. Tanto el escepticismo Cartesiano como el escepticismo Pirrónico concuerdan con el escepticismo Humeano con respecto a las proposiciones empíricas que van más allá de la observación directa, pero sostienen que el escepticismo Humeano se queda corto. En DSC encontramos, por ejemplo, que Moore dedica cierto espacio a discutir no sólo las variantes generales de la posición idealista (ya de por sí bastante alejada de la matriz de opciones teóricas de las discusiones contemporáneas) sino que también discute otras posiciones relacionadas como la tesis de McTaggart sobre la irrealidad del tiempo (1908), o la posibilidad de que haya experiencias que no pertenezcan a ningún sujeto o se encuentren incluso en algún sentido fuera del tiempo. Aunque el pasaje es largo, merece ser citado in extenso. Moore anticipa este tipo de objeciones y su respuesta es, como antes señalamos, el elemento más intrigante de su posición. ARGUMENTOS A FAVOR DEL ESCEPTICISMO 1. los argumentos a su favor sean interesantes. La noción filosófica de creencia no coincide en todo con el uso cotidiano de la misma. Avisamos que algunas de ellas pueden generar cierta controversia pero se trata de abrir un debate enriquecedor que, a buen seguro, puede servir para mejorar el mundo en que vivimos y en el que han de vivir en paz y armonía las generaciones que nos sucederán. Si analizamos, luego, las razones que apoyan “ahora estoy de pie” y las que apoyan “no sé si ahora estoy despierto”, no habría ningún modo racional de otorgar más credibilidad a las razones esgrimidas por el escéptico que a una afirmación con la seguridad de “ahora estoy de pie” o “esto es un lápiz”. Una versión más desarrollada de este capítulo fue publicada como “Escepticismo e idealismo en la Prueba del Mundo exterior de G.E. Queda claro que eso no es lo que Moore tiene en mente cuando, a continuación, sostiene que su incapacidad de probar las premisas de su razonamiento no implica que no fuesen verdaderas ni que él no supiese que eran verdaderas. Y ésta es, en mi opinión, la más interesante de las líneas probadas por Moore. Los adherentes a estas últimas son gente desencantada con los variados experimentos socio-políticos del siglo XX y con las . De especial importancia para la discusión del escepticismo es la actitud de suspender el juicio con respecto a una proposición. Y aunque no lo dice explícitamente con relación a esta discusión, es claro que Moore está pensando que no sólo él, sino todos los demás, incluyendo a los idealistas, saben que son verdaderas. Moore señala incluso que, de todos modos, no es cierto tampoco que no hubiese un contexto pragmático que diese sentido a su acción de afirmar sus proposiciones, ya que ésta tenía un propósito claro en esas circunstancias: mostrar que ciertas proposiciones generales suscriptas por algunos filósofos eran incorrectas. Como antes sugerí, de todos modos, esto podría no ser demasiado problemático si concedemos que una defensa filosófica de nuestras creencias de sentido común puede fácilmente implicar discutir cuestiones que no pertenezcan ellas mismas a la esfera de discusiones de sentido común, precisamente en la medida en que se trate de una defensa filosófica del sentido común. De todos modos, dejando esta última cuestión de lado, el punto que parece más interesante del argumento de Moore en PME, como ya destacamos, es su insistencia en que su argumento es una respuesta al problema, ya que él sabe efectivamente que sus premisas son verdaderas. Más centralmente, la existencia de cosas que son externas a nuestras mentes (C) no implica la existencia de cosas que pueden ser encontradas en el espacio (D) (en la medida en que los dolores de los animales, por ejemplo, sean pensados como cosas externas a nuestras mentes pero no cosas que puedan ser encontradas en el espacio). Los siguientes son ejemplos de actitudes proposicionales: a. Tomás se pregunta si París es la capital de Francia;b. Lucas quiere que su equipo gane el partido;c. Carolina teme que el avión no salga a tiempo;d. Juan tiene la esperanza de que mañana llueva. La “Prueba de un mundo exterior”, el segundo artículo del que nos ocuparemos aquí, fue presentado por Moore catorce años después de la publicación de DSC. A primera vista, el razonamiento de Moore parece claramente una petición de principio, demasiado obvia como para que Moore no la haya advertido. Con relación a este último punto Moore introduce una distinción importante entre comprender el significado de un enunciado y poder ofrecer un análisis de su significado, en el sentido de los proyectos clásicos de análisis lógico-lingüístico que toman como paradigma la teoría de las descripciones de Russell. Las premisas son verdaderas y se sabe que son verdaderas. 146-7). Sin embargo, como veremos en lo que sigue, la tarea de alcanzar una lectura razonablemente satisfactoria de la posición que Moore pretendía sostener en DSC y PME es realmente difícil, mucho menos sencilla de lo que parece a primera vista. Una vez aceptado que no hay creencias básicas, el escéptico Pirrónico sostiene que su interlocutor está condenado a elegir entre tres opciones igualmente perniciosas, consistentes en la respectiva negación de las premisas 5, 6 y 7. Definición. Parece claro ¿Qué es? Ventajas del empirismo. Una de las virtudes del escéptico es su capacidad de poner en tela de juicio todo aquello que los demás dan por sentado. De todos modos, la discusión no se restringe al señalamiento de esas diferencias, y Moore se extiende sobre las posibles relaciones de implicación entre proposiciones referidas a la existencia de uno u otro tipo de “cosas”. Nozick, R. (2017): Explicaciones filosóficas, Madrid, Editorial Innisfree. En “Cuatro formas de escepticismo” (1959a), por ejemplo, Moore ejemplifica todas las variantes de la tesis escéptica que discute con posiciones de Russell, y ciertamente el escepticismo russelliano es un paradigma de un escepticismo no-radical en el sentido anterior: es un escepticismo ilustrado, cauto, planteado como una concepción falibilista de la investigación empírica y con una concepción del conocimiento ligada estrechamente a los estándares demostrativos de las ciencias formales. Burnyeat, M. y M. Frede (1997): The Original Sceptics: A Controversy. En los trabajos de Montaigne, Según estos filósofos, el escéptico está en lo cierto al sostener que no sabemos si los escenarios escépticos son falsos porque, aun cuando fueran verdaderos, seguiríamos creyendo que son falsos. Las expresiones en cuestión son: La discusión que plantea Moore tiene un eje aparente en la explicación de su distanciamiento del uso kantiano, aunque, como Moore reconoce, ese distanciamiento no es un rasgo especial de su enfoque sino el esperable por parte de cualquiera que no adopte un esquema centrado en la distinción empírico/trascendental. En todo caso, él usará luego (A), en términos de la cual Kant había formulado el problema en la cita del comienzo, como equivalente a (C). 3. Veremos en un momento que Moore hace una referencia luego a esta objeción, pero de momento parece claro que su primera intención sería señalar que hay un sentido al menos en que sería efectivamente absurdo decir que no sé que ahora no estoy soñando. Podría ayudar al país importador a obtener precios más beneficiosos por sus bienes ya que fuerza a los exportadores externos a vender más barato, ya que como el mercado donde colocan sus productos (país importador) está restringido por una tarifa, si no bajan sus precios quedarán sin vender parte de . Dada la conexión entre las dos tesis del. Por momentos, incluso, se muestra tentado a señalar que tiene la “evidencia de los sentidos” para apoyar sus afirmaciones (1959b). Algo que parece claro, para empezar, es que Moore pensaba que había al menos un sentido en que no es posible dar una respuesta concluyente frente al escéptico cartesiano. Hasta ahora, hemos presentado la actitud natural de descrédito -el núcleo básico del escepticismo- como ineliminable o irrefutable. Y esta idea tendrá un papel importante en nuestra discusión en los capítulos siguientes. Antes de continuar con el argumento posterior de Moore, hay dos cosas al menos que habría que señalar rápidamente respecto de esta presentación de la tarea involucrada en su “prueba”, y que pueden reforzar también la sensación de desconcierto en algunos de los lectores de Moore a la que antes me refería. Al margen del ejemplo puntual, parece claro que pueden legítimamente atribuirse al “sentido común” muchas proposiciones falsas, o al menos no del todo correctas. Es problemático presentar la posición pirrónica en forma de argumento, ya que cuando alguien presenta un argumento en general se compromete con la verdad de sus premisas y la validez del argumento, mientras que el escéptico pirrónico suspendería el juicio también con respecto a esas proposiciones. Hay un sentido adicional en que la lectura de Malcolm puede ser importante para nuestro tema, ya que desde el punto de vista histórico la mediación de Malcolm parece haber tenido una influencia importante en el modo en que Wittgenstein recibe (y luego desarrolla) las ideas de Moore. 2.7 Argumentos para la protección. Recién entonces trata de precisar Moore el valor anti-escéptico de su argumento, al considerar la objeción de que no ha probado la verdad de sus premisas ni ha defendido realmente su afirmación de conocimiento respecto de ellas, más allá de señalar que sería absurdo negarlas. La lista de estos “obvios truismos, tales que podría no valer la pena enunciarlos” se abre con un conjunto de proposiciones sobre su propio cuerpo y su entorno. Veremos ahora algunas respuestas posibles a esta pregunta, y aunque nuestra discusión en las próximas secciones se centrará en PME, veremos que los puntos clave son relevantes también para DSC. Nuestros sentidos no mienten, bajo circunstancias normales, y la . Un primer modo de entender el sentido de la argumentación de Moore podemos ejemplificarlo con la lectura que propone Lycan (2001) del argumento de PME. Argumento La historia de la Tierra muestra que el clima ha respondido regularmente a los cambios cíclicos de la radiación solar. En sí no se trata de aceptar una ideología, a mi parecer el escepticismo forma parte de la naturaleza humana. Vimos, de hecho, que Moore afirma no tener nada concluyente que decir frente a la hipótesis del sueño. Moore apela a otra distinción que quizás sería difícil de asimilar en un contexto wittgensteiniano, pero que él no ve ningún problema en adoptar, la distinción entre hacer algo sin sentido (senseless) y decir algo que carece de sentido (nonsense). Vemos entonces que, aunque adopta otro camino, la crítica de Stroud es, a fin de cuentas, una variante de la acusación de petición de principio. Creer una proposición, en este uso filosófico, significa aceptar que es verdadera. Al margen de este detalle, en segundo lugar, a pesar de la extensa y detalladísima discusión terminológica, Moore no hace ningún esfuerzo por desarrollar las características filosóficas del problema que trata, al punto que, como luego veremos, puede no resultar claro a qué tipo de posición filosófica Moore se está oponiendo. "Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Pero luego, yendo más allá, otro ejemplo paradigmático de una visión del mundo que parece al menos entrar en conflicto con nuestro sentido común es la física contemporánea. Dicho de otro modo, las objeciones del escéptico o del idealista a la conclusión del argumento de Moore son exactamente las mismas que aplicarían a sus premisas, de modo que a no ser que éstas puedan probarse, no se habrá probado nada en absoluto. Argumentos a favor del juicio por jurados: 1) No hay nada por encima del pueblo: Si bien estamos en una sociedad altamente "estratificada", con variantes en todos sus sectores, todavía se sigue concibiendo al "pueblo" como un compartimento estanco, o que se mueve muy lentamente, entonces se lo posiciona en un sitio de absoluto poder en . El argumento a favor del escepticismo Pirrónico apela a la distinción entre justificación inferencial y justificación básica. Respecto de (A) y (B), Moore parece sostener que se han usado, o pueden ser usadas, como equivalentes a (C) o como equivalentes a (D), pero no resulta del todo claro que esa diferencia resulte demasiado significativa para la discusión posterior de su argumento. Parece claro entonces que podemos conceder a Lycan que esta línea de argumentación es una línea que Moore se siente al menos tentado a adoptar, y en ocasiones ha adoptado. 121-123. La posición que defiende aquí Malcolm es que el uso “sé que p” que propone Moore en DSC es incorrecto, dado que no cumple ninguna de las tres condiciones que, a ojos de Malcolm, son necesarias para el uso correcto de ese tipo de expresiones: (i) debe haberse planteado alguna duda a resolver, (ii) deben poder presentarse razones a favor de la afirmación de conocimiento, y (iii) debe ser posible realizar alguna investigación que pueda determinar si lo que se está afirmando es correcto. II) y que, del mismo modo, no hay ninguna buena razón para creer en la existencia de Dios (secc. En su uso ordinario, muchas veces “creer” se usa como opuesto a “saber”, y otras veces “creer” connota aceptar sin razones. Y aunque con vistas a esas discusiones no resultará demasiado decisivo llegar a una definición respecto de la lectura de Moore, podemos hacer algunas sugerencias en ese sentido para dar fin al recorrido de este capítulo. Hay algunas cosas sorprendentes en este procedimiento de Moore, en primer lugar porque no resulta claro que la extensa y puntillosa discusión terminológica tenga algún peso sobre el tratamiento posterior de la “prueba”. En DCS, por ejemplo, afirma no poder señalar cuál es la evidencia que apoya esas afirmaciones, pero insiste en que sería absurdo ofrecer reparos acerca de ellas. Para los primeros filósofos significó "opinión". Consideremos un ejemplo concreto: yo sé que estoy delante de la pantalla del ordenador. El dogmatismo es aquella posición epistemológica para la cual no existe el problema del conocimiento. Dos de esas relaciones ocupan buena parte de la discusión: En este sentido, sostiene que la existencia de cosas que pueden ser encontradas en el espacio (D) implica la existencia de cosas que se presentan en el espacio (E), pero rechaza que la relación se dé en sentido inverso (los dolores corporales se presentan en el espacio pero no diríamos que pueden ser encontrados en el espacio). Una manera fructífera de distinguir distintas posiciones escépticas es prestar atención a la clase de proposiciones P con respecto al cual sostienen su escepticismo. Me limito por ahora a señalar cuáles son los puntos principales involucrados en lo que aquí está diciendo Moore. Ya en función de lo que vimos hasta aquí parece claro que Moore no pensaba que el planteo de la hipótesis cartesiana del sueño fuese un sinsentido, o, al menos, no pensaba que pudiese ser desestimado de un modo tan directo como el propuesto por Malcolm. Aranda Hernández Víctor Hugo. Así, mi creencia de que hay una computadora frente a mí es un buen candidato para ser una creencia básica. Es un sentimiento de desconfianza y duda ante algo que se presenta como cierto. Como señala Coliva, esta respuesta de Moore es significativa también porque apunta a concepciones diferentes detrás de la idea de que hay algo sin sentido o algo irrazonable o insensato en la duda que plantea el escéptico. Según vimos también, probablemente estas observaciones de Moore sobre el escepticismo estén concebidas en el marco de la discusión con una forma no-radical de escepticismo, una basada en estándares de justificación excesivamente altos. Así podríamos entender, por ejemplo, su afirmación de que su incapacidad de citar evidencia no es una buena razón para dudar de sus afirmaciones o su sugerencia final, no desarrollada, en PME, en el sentido de que la insistencia en exigir una demostración de sus premisas carece de una motivación fundada. Desde el punto de vista del escepticismo Pirrónico, el Cartesiano sostiene un escepticismo demasiado tibio, pues cae en realidad en una forma de dogmatismo negativo, al creer que no sé si tengo manos. Y también rechaza enfáticamente que su argumento dependa de la consideración de cuál es el uso correcto de ciertas expresiones. La suspensión del juicio debe distinguirse de la falta de actitud alguna con respecto a una proposición. Considerada desde la perspectiva interna de evaluación epistémica, lo que hace Moore en su prueba es, ante el planteo de una duda, simplemente recordarnos que efectivamente sabemos que existen cosas externas. Hay algo intuitivo en esta transición, y es que si las tesis idealistas o escépticas fuesen correctas, entonces buena parte de lo que consideraríamos proposiciones de sentido común resultarían ser falsas (o requerirían una interpretación no-estándar) o no contarían ya como “conocimiento” (o no al menos en un sentido pleno del término). Como Moore señala, estas tesis, formuladas de este modo, implican la existencia de seres humanos (y, por tanto, de cosas materiales y de otros ‘yos’), directamente en el primer caso, e indirectamente en el segundo a partir de la referencia a que ciertas opiniones son de “sentido común”. En segundo lugar, Moore afirma claramente que sus proposiciones podrían ser apoyadas por otras proposiciones que cumplan respecto de ellas el papel de evidencia. Ambos trabajos fueron escritos a principios de los cuarenta, luego de PME, pero algún motivo llevó a Moore a posponer su publicación hasta su inclusión en el tomo. No hay verdades objetivas ni . Pero el escéptico Cartesiano sostiene también que hay ciertas proposiciones epistémicas con respecto a las cuales no debemos suspender el juicio, sino descreerlas. Argumentos a favor del escepticismo El escepticismo es una actitud crítica y reflexiva que nos permite cuestionar nuestras creencias y conocimientos, lo que nos ayuda a evitar el dogmatismo y a ser más racionales. 3. Esto parece indicar, para empezar, su señalamiento en los pasajes ya citados de que lo que no resulta posible probar que conoce la verdad de sus premisas, a pesar de que realmente tiene “evidencia concluyente” a su favor. A la muerte no hay que tenerle miedo porque, mientras somos, la muerte no está presente, y cuando llega la muerte, nosotros ya no somos. Las Matemáticas son el modelo de conocimiento cierto y evidente. El mérito del planteo de Moore, a ojos de Stroud, consiste en sugerir la conclusión, a primera vista sorprendente, de que la posición escéptica no es realmente incompatible con nuestras afirmaciones de sentido común. En este contexto, los filósofos dogmáticos primaban los principios y la afirmación, y se oponían a los escépticos, esto es, a los que "miraban con cuidado", a los que seguían indagando por no estar en posesión de la verdad y negaban la existencia de un saber último y absolutamente justificado. 46 y ss.). Dejando de lado, por el momento, la cuestión de cuál es la tesis a la que Moore se está oponiendo, nuestra presentación anterior de la argumentación de PME deja abierto otro interrogante central que no resulta sencillo de responder: ¿en qué consiste la “prueba” misma? Aseguran que la Tierra es plana y, con polémica, se reúnen este fin de semana. ), Mirar con cuidado. El escepticismo moral pirrónico sostiene que la razón por la que no estamos justificados al creer cualquier afirmación moral es que es irracional para nosotros creer que cualquier afirmación moral es verdadera o que cualquier afirmación moral es falsa. Klein, P. (2015): “Skepticism”, en The Stanford Encyclopedia of Philosophy, E. N. Zalta, ed., disponible en https://plato.stanford.edu/archives/sum2015/entries/skepticism/. De modo que si puede demostrar la existencia de dos cosas que puedan ser encontradas en el espacio (D), y que por tanto no dependen de que las estemos percibiendo para existir y son externas a nuestras mentes (C), habrá probado entonces que existen cosas fuera de nosotros en el sentido requerido (A). Podemos hacer explícitas las actitudes y las proposiciones que son su objeto si redescribimos las situaciones de manera un tanto pedante: e.Tomás adopta la actitud de preguntarse con respecto a la proposición de que París es la capital de Francia;f. Lucas adopta la actitud de desear que sea verdadera con respecto a la proposición de que su equipo ganará el partido;g. Carolina adopta la actitud de temer que sea verdadera con respecto a la proposición de que el avión no salga a tiempo;h. Juan adopta la actitud de esperar que sea verdadera con respecto a la proposición de que mañana lloverá. G.E. Hacerlo, insiste Malcolm, habría requerido utilizar varias expresiones de forma incorrecta. En dichas secciones, que no entrarán en nuestra discusión, Moore sostiene que no hay ninguna razón para creer que los hechos físicos sean lógica o causalmente dependientes de hechos mentales (secc. Luego de haber considerado esa proposición, en cambio, es muy probable que el lector suspenda el juicio con respecto a ella. Si continúas usando este sitio, asumiremos que estás de acuerdo con ello. Su “defensa del sentido común” implica, por ejemplo, como antes mencionamos, afirmar que no hay ninguna buena razón para creer en la existencia de Dios. De hecho, vimos que Moore en ocasiones intenta responder al desafío planteado por la hipótesis escéptica señalando no que ésta carece de sentido, sino que no es un motivo suficiente para dejar en suspenso nuestras afirmaciones de conocimiento. Señala en este sentido: “¡Cuán absurdo habría sido decir que no lo sabía, sino que sólo lo creía pero que quizás no fuese el caso! Una creencia justificada lo está de manera básica siempre y cuando no esté justificada de manera inferencial. Consideremos un ejemplo concreto: yo sé que estoy delante de la pantalla del ordenador. Es sólo después de este esbozo de discusión anti-idealista y anti-escéptica que Moore presenta lo que son los puntos cruciales de su posición, al menos a los fines de nuestra discusión aquí y con vista al interés que su posición despertó en Wittgenstein. En relación con este último punto, creo que las ideas que presenta Malcolm apuntan en una dirección interesante, pueden ser parte de una estrategia no-tradicional de respuesta al escéptico y son ideas que reaparecerán, con algunas diferencias, en el capítulo 4 cuando abordemos la posición de Wittgenstein en SC. Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales - EPRI Pero la justificación que tendré en ese caso no será del tipo pertinente desde una perspectiva epistémica. Valor de la intuición y las deducción. 1, pp. No sé si EE es falso.Por lo tanto,3. 45-67. Huemer, M. (2000): “Direct Realism and the Brain-in-a-Vat Argument”, Philosophy and Phenomenological Research, 61, pp. Defendió un relativismo del conocimiento y de los valores. La premisa 1 es irreprochable, dada nuestra caracterización de las nociones de creencia básica y justificación inferencial. Registrarse gratis | ¿Contraseña olvidada?
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