Yo no elegí ser el consejero principal de Stefan Elhalyn, ni Regente del príncipe Derik. Había tratado de ignorar las ansiosas miradas de Danilo, su preocupación por él. La tomé salvajemente, sin ternura, tratando de apaciguar la ardiente urgencia que me avasallaba. Los perseguimos por las colinas y colgamos a varios. Aquel verano, en Armida, cuando él tenía doce años, y como no había nadie más, me tocó a mí responder ciertas preguntas usualmente dirigidas a los padres o hermanos mayores, instruirle en ciertos hechos apropiados para los adolescentes. ¿Le habrían estado atormentando otra vez con eso de querer ganarse el favor de un Hastur? Javanne... —dijo, luchando confusamente por coger la mano de ella cuando descendía para volverle a golpear—. Yo traté de disuadir a Dyan, pero él prefirió sentar ejemplo con Dani, y la ley es la ley. Especialmente a mí. Lo siento, joven Hastur, no sabía que hubiera aquí ningún servidor tuyo. ¿Qué pasaría con los Dominios? — ¿Cómo está nuestro padre, Beltrán? No lo pude evitar. Pensé en ello por un momento. As for a dessert I chose tempura de helado which is a crispy outside with vanilla ice cream inside. Y sin embargo — ¿cómo puedo explicarlo?— no quedaba en él nada para odiar. —y se incorporó, llevándose las manos a la cabeza, como si hubiera enloquecido de terror. Por supuesto, me quedaré para el funeral; no le debo a Beltrán ninguna cortesía, pero tampoco insultaré el lecho de muerte de su padre. Media gallina ranmen: segun mi esposa insipido q no mejora ni con limon. Recuerda, la lluvia en un lugar, incluso para extinguir un incendio forestal, puede significar una sequía en otra parte, una perturbación del equilibrio. Regís se inclinó, concentrado con inmóvil intensidad en los diminutos haces de luz móvil que se desplazaban dentro de la gema. Simplemente... estemos juntos ahora. Dyan estaba a cargo de esta misión, y lo habría considerado como su deber. Maldición, ¿crees que no sé cómo te sientes? Atañe el honor de mi clan y de mi casta que alguien tenga motivos para hablar mal de nosotros. —No es tan mala —le dijo por lo bajo a Danilo, y los ojos del muchacho más joven resplandecieron con picardía—. Al cabo de un momento se volvió hacia mí. Av. Al menos esa tristeza podíamos compartirla... y por ahora era todo lo que podíamos compartir. Ni siquiera estaba seguro del grado de parentesco que me unía a aquel anciano. —Sólo que trato de cumplir con mi deber entre mis superiores, capitán. —No... —He dicho que lo bebas. —El cuarto estaba muy húmedo; condensé el aire en una pequeña fuente de gotitas que caían, siseando antes de desaparecer en el fuego. ¿Qué derecho tenía yo a oponer mi opinión a la suya? Nevaba tanto, que supo que debía buscar resguardo de inmediato. He fracasado. No, no eres mi enemigo, Lew, y siempre pensé que tu padre era mi amigo. El idioma hablado en los Hellers es una forma de gaélico puro que ya no se habla en Terra, pero que sobrevive en los viejos manuscritos. Pero si siguiéramos, tendríamos que volvernos, no podemos cabalgar en esta tormenta. —Dicen que es mi hermano Marius quien ha heredado el rostro y los ojos de mi madre. La idea me produjo disgusto. Y nunca comprendí por qué algunas personas parecen pensar que el hecho de convertir a un muchacho en hombre significa hacer de él una bestia. Tratando de hacer más leve el momento, dijo: —Ahora ya tienes formalizado aquello que ambos supimos siempre, bredu. Había sido muy amable conmigo, pero de todas maneras me alegró alejarme. Más allá vi a Thyra cuyos ojos me miraron con odio ingobernable. En el cuerpo hay racimos de fibras nerviosas que controlan los flujos de energía. Necesitamos a alguien que sea joven y entrenado, y sobre todo, audaz. Marjorie hizo el signo cristo/oro sobre la frente del anciano, y luego lo repitió sobre la propia. Ningún espectro, ninguna sombra del hijo muerto se interponía entre ellos. —Bastante bien. Las mías siempre me quedaban pequeñas, y con las alarmas por los incendios con intervalos de pocos días, nadie tenía tiempo de hacerme ropa nueva o de mandar a buscarla a la ciudad. Kadarin giró en redondo. ... una mujer, una diosa dorada, ropas de llamas, coronada con llamas, encadenada en oro, ardiendo, resplandeciendo, incendiándose, consumiendo... Entonces perdió el conocimiento. En el dormitorio, Regis tendió rápidamente su cama, ayudó a Damon a arreglar el jergón de Julián y a acomodar sus posesiones; cuando Julián regresara, al menos no tendría que soportar castigos por haber dejado su cama y su estante en desorden. Regis examinó la cama, que estaba hecha con duros tablones y tenía un colchón de paja cubierto con un cutí nuevo y rústico. —Empezó a incorporarse con dificultad. Casi todos los hongos estaban duros y amaderados, pero encontré unos pocos que empezaban a brotar, y los comimos al final, saboreando su dulce frescura. —¿Qué ocurrió? Bien, hijo, puedes prescindir de las lecciones normales, pero será mejor que vengas a practicar todos los días. Mi hermano tiene un negocio en la Ciudad Comercial. Hasta había dejado un heredero para que ocupara su lugar. —Debo hacerlo, no me atrevo a quedarme después de lo que he hecho, Lew, ¿no quieres que vaya? Marjorie se derrumbó, sollozando. -Trata de recordar lo que no puedes tolerar saber. Conmemoraría, entonces, la desesperada necesidad que le había obligado a esto—. Voy a intentar tocarte ahora. Él alzó una ceja. Odiarías eso. —Bien, aprovecha todo lo que puedas; probablemente tu abuelo te case antes de que termine el año. Es mezquino. Beltrán no vino. Había estado tan gravemente enfermo después de eso, siempre cuidado y amado por él, que había olvidado —más precisamente, había enterrado— la idea de que había estado dispuesto a arriesgar mi vida. No creía que ese saber aún existiese. Había visto a Regis desesperado, suicida, enfermo, postrado, sufriendo algún imprevisto efecto del kirian, incluso muerto, y ahora entraba caminando tranquilamente, perturbando la ceremonia de pasar lista y la disciplina. Fue una iluminación. Debemos hacer frente a la posibilidad de que vuelvan a intentarlo. Al igual que Dyan, a él tampoco le importaba qué torturas infligiera para conseguirlo. —No, gracias, aquí se está bien. No sólo dentro de los límites de la Ciudad Comercial, donde el acuerdo que tenemos permite que sus ciudadanos lleven las armas que deseen, sino en la vieja ciudad de Caer Donn, donde los terranos caminan por las calles a su antojo, portando pistolas, pulverizadores y perturbadores neurales. Después de todos estos años, Kennard no puede estar tan ansioso de que conozcas a la familia de tu madre, pues si no, habrías sido mi hermano adoptivo, como quería mi padre. Al ser el pariente más cercano, fui yo quien dio el consentimiento. Debía hallarse cerca del espaciopuerto. Sabía que había lágrimas en sus ojos, pero no le importaba. No quiero una guerra contra Lord Kermiac... —Lord Kermiac ha muerto, tío. ¡Yo no quiero ser dueño de hombres...! — ¡Aun así, no quiero que tu muerte pese sobre mi cabeza! Doomo Saltado. La droga todavía inundaba su sistema, no desaparecería del todo durante horas, pero empezaba a tener breves intervalos en los que se hallaba libre de ella. No obstante, hay ciertas tecnologías que podemos manejar. Regis se quedó observándole, sin ser visto, durante un momento. —Hice una mueca de disgusto, pero él dijo, ahora con gran paciencia—: Una facción del Concejo querría lanzarnos a una guerra contra los terranos. No me hizo ninguna pregunta y no pronunció ni una palabra de reproche, pero ningún hombre de nuestra familia ha sido deshonrado jamás. —preguntó Marjorie. Yo sabía que me temblaba la voz. Odiaba, sin embargo, ponerme las camisas de dormir que le quedaban pequeñas a mi hermana. Danilo empezó a hablar pero se interrumpió. Si hay podredumbre en nuestro corazón, debe limpiarse. Me dije que el hecho de cruzar ese valle y de entrar por los portales del Castillo Aldarán no representaba en mi vida una enorme e irrevocable división que pudiera apartarme de mi pasado y de mi familia. Dije, tal como se lo hubiera contado a una hermana: Me están presionando para que me case, Callina. No debía ser así. Pero lo suficiente como para hacerme temblar en mi interior. Por eso dije que no podía seguir. Okinawa soup/Marco Simola. Volvieron al combate. Las razones por las que la marca Certified Angus Beef® es la mejorCumple 10 rigurosos estándares para Excelencia en sabor, Sólo 3/10 animales Angus cumplenpoder ser acreditado con la marca suavidad y jugosidad con estos rigurosos estándaresCertified Angus Beef® Entraña Certified Angus Beef® y nuestra 79 reconocida sazón, lo mejor de lo mejor.Lomo saltado entraña AngusHamburguesa Angus Jugosa doble hamburguesa 32 Certified Angus Beef®, salsa secreta, pickles, tomate y lechugas acompañado de papas fritas. Se sentía casi intoxicado por el olor de la libertad. Lew dijo en voz alta, como si le leyera el pensamiento: —Supongo que esta temporada entrarás en el Cuerpo de Cadetes de la Guardia, ¿no es así? No podía seguir viviendo así... La voz de Gabriel le sobresaltó ahora al decir con espanto: — ¡Mira! Me mostró la presa que utiliza. Regís palideció ante la ira del anciano. Si los ladrones de caballos hubieran sido mejores espadachines que nosotros, ¿acaso eso les habría dado derecho a nuestros caballos? Danilo rozó la hoja con los labios por un momento. Has jurado servirme, y por ley ese servicio tiene prioridad, de modo que también estás autorizado a rechazar el desafío sin ningún menoscabo de tu honor. ¡Nunca volveré a escuchar ese zumbido sin sentir miedo! A medida que cabalgaba lentamente colina abajo para reunirse con su escolta, advirtió qué era lo que, sustancialmente, se había comprometido a hacer: restaurar el buen nombre de Danilo y asegurarse de que Dyan no volviera a hacer mal uso de su poder. ¿No nos echarán de menos? Marjorie se desplazó con seguridad hacia el centro del círculo. ¡Mira rápido hacia otro lado o quedarás atrapado! Ice teaClásico 12 Frutos rojos 12Bebida refrescante a base de té negro con Nuestro ice tea favorito a base de téun toque de jarabe de goma y un dash de negro con un pure de arándanos, fresazumo de limón. Igual que cualquiera de nosotros. Hjalmar, dale una espada de hacer prácticas. Se produjo un audible murmullo de sorpresa y consternación. Cuando volví a prestar atención a la discusión, el embajador decía: —Lord Hastur, ésta es una cuestión ética, no legal. Esta vez le tocó a él. Con una intuición profunda, esperaba que estuviera embarazada, sin embargo tenía miedo de lo que más deseaba. —En su boca, las elegantes palabras en casta se convertían en una burla—. Por un momento reflexioné. Ninguna mujer puede ser convertida en Celadora en contra de su voluntad. Una vez que estuvo presentable, con una túnica de cuero teñida de color azul cielo y botas altas, fue hasta la sala de audiencias de su abuelo. No hay razón para que no ocurra. Hizo girar a Regís lentamente para observarle. Regis sintió que se extendía en busca de confirmación, de contacto, pero él se mantuvo distante. —Aun con amplificación de matriz, estos poderes son peligrosos —dije—. Y por amor también podría encararlo. — Mi voz vaciló. Había sido criado en las montañas, y compartía con todos los darkovanos el temor a los incendios forestales. Por un instante él sintió su toque. —Toma esa última chuleta, ¿quieres? —No estoy seguro... No me gusta que tomes el camino de mayor peligro, Regis. Y si de veras te gusta que te dé órdenes, Dani, esto es una orden. Me rodeó con un brazo y me acercó a él, sonriendo. O del mío, pobre niño, si hubiera vivido tanto. Si nos vemos forzados a regresar a Caer Donn, nos veríamos en la obligación también de reorganizar nuestro tráfico, así como reconstruir nuestras instalaciones allá en las montañas, donde el clima es más difícil de tolerar para los terranos y donde, sobre todo, las rutas son inadecuadas y la campiña, inhóspita. No me gustaba la manera en la que me miraba, tenso como un arco y estremeciéndose, no mucho, pero de la cabeza a los pies. ¿Qué es lo que crees que le molesta? —¡Me gustaría que te ahorraras el trabajo! Soy un Hastur y heredero de un Dominio, y exijo... —¿Tú exiges, verdad? ¡Pero no esperaba encontrarte en su cama! Sentí que ella interrumpía el contacto, y que los otros se deslizaban fuera uno a uno hasta que sólo nosotros quedamos reunidos. Con caldo de cerdo, pancetaCebolla china y kamaboko de cerdo (chashu), huevo sancochado(pastel de pescado). Nadie sabía —o si alguien lo sabía era el secreto mejor guardado de Darkover— por qué Aldarán había sido exiliado de los Siete Dominios. Se aferró a las sábanas, cerrando con fuerza los ojos. —Sin embargo, el honor del Comyn exige que corrijamos esta injusticia. —¡Regis! El rostro preocupado se iluminó. —Eso es bastante simple —dije, vacilando porque no me gustaba pensar en trabajar con círculos conectados fuera de la seguridad de los campos de fuerza de una torre—. Después nos dormimos. No obstante, si Ramsay advirtió el desprecio, no reveló nada. ¡Animal no! Regis no dejaba de cambiar de dirección, sin estar seguro al principio de si estaba buscando el origen de ese llanto o si estaba tratando de alejarse del miserable sonido. Otras eran... menos inocentes. Fuego que ardía en mis propias venas, que rugía en mi propia sangre. ¿Cómo se las arreglaba el Imperio para hacer sus negocios? Come tu cena y déjame solo, ¡maldita sea, deja de revolotear a mi alrededor! —Lo sabemos —dijo Thyra—. Miré a Regís a los ojos. —Creo que la tiene Thyra —dijo, como dudando—. ¿Ofensa, Regis? —pregunté—. —Lord Regis, ¿puedo ofrecerte algún refresco? —Regis Hastur, no estás ahora en los Dominios, sino en la fortaleza de Aldarán. Tenía los ojos secos y ardientes, pero, de todos modos, Regis tuvo la impresión de que el hombre mayor lloraba de tristeza. Callina dijo amablemente: —Me gustaría poder ayudarte, Lew. Le di unas gotas de kirian, le hice beber un poco de leche con miel y le dejé dormido. Por lo que sé, hasta ahora nunca has dado mal uso a tus poderes. —Le dije a Hastur que sólo un tonto mandaría a un niño para que fuera educado en ese lugar. Todavía estaba de acuerdo con el sueño de Beltrán, pero interponiéndose entre nosotros y la concreción de ese sueño se hallaba esta devastadora pesadilla de Sharra. Te doy mi palabra, señor, que Dani no está allí, ni con la connivencia del Comyn ni sin ella. —Nunca se ha tratado de compulsión, Lew. Me pregunto adonde irá. Yo esperaba que sí, por supuesto, pero entonces la consternación me dejó sin aliento. Lord Ardáis es primo de mi madre, aunque dudo que desee reconocer el parentesco. Danilo echó la cabeza hacia atrás en un gesto agresivo. —Soy viejo —dijo—, y los viejos se cansan rápido, sobrino. Al cabo de un momento, enfermo de alivio, sentí su presencia, un hilo de vida, débil y derrumbado, pero vivo. (La conclusión del relato de Lew Alton) Hasta este día no he sabido ni he sido capaz de calcular durante cuánto tiempo estuve bajo los efectos de la droga que Kadarin me había obligado a tomar. Se preparó para montar, se volvió un momento y tomó a Javanne brevemente en sus brazos. ¡Aquí no, gracias a todos los dioses, aquí no, aquí no! Observaba a Danilo con una mirada de odio, intensa, burlona, saciada. Hastur dijo con brusquedad: Afirma usted, señor, que un hombre está de alguna manera menos muerto si se le mata desde una distancia segura y sin derramamiento de sangre visible? El sol se ponía ahora, y una rápida penumbra empezó a cubrir el cielo. ¡Y, sin embargo, fue tan sólo la temporada pasada! No peleemos ni nos disgustemos. Una matriz es una máquina. Javanne Hastur negándose a bailar conmigo en una fiesta infantil. Lo siento... —Creo que ya no nos persiguen, preciosa. —He designado un heredero —dijo con suavidad. Cuando ataqué & Lord Dyan no ataqué a un oficial. Eso le enseñará a mantener la boca cerrada. —Bien, veremos. No como diversión de los ricos, como en el caso de los muchachos Ridenow, que se pasan de cuando en cuando una temporada en algún remoto mundo de placer y traen de regreso nuevos juguetes y tonterías, sino libre comercio con las naves de Darkover yendo y viniendo a voluntad, ¡no las naves del Imperio! Estuve tentado de pedirle un plato al ordenanza, pero recordé que estaba con uniforme de gala. —Acepto sus enmiendas honorables, Lord Dyan. ¿No vale la pena arriesgarse? ¿Sabría lo que estábamos haciendo? Yo también la vi. Debería haberlo hecho antes. Estaba de pie junto a la cama, y un chal blanco se deslizaba de sus hombros encima de su largo camisón. Viajeros, comerciantes, hombres del espacio que están de permiso y el sector que los abastece. —Se volvió y se alejó de mí por esa larga escalera, y yo me marché ciego de dolor. ¿Serás nuestra Celadora? Es muy probable que los títulos de nuestra prevista edición en castellano coincidan finalmente con la traducción literal que ahora he indicado, aunque también podría ocurrir que no fuera así en todos los casos. Bien, mi padre tenía derecho a elegir su representante, pero era yo el que tendría que hacer frente a cualquier hostilidad. —Pensé que esas cosas sólo podían ser usadas por los técnicos, con protección adecuada. Además, pensó, moviéndose con inquietud, había muchos hombres y muchachos que hubieran recibido gustosos el interés de Dyan. Me quedarían cicatrices. Una vez me encontraba en el punto más alto del Castillo Aldarán, mirando a más de cien hombres reunidos debajo, y sentí el fuego que ardía dentro de mí, invadiéndome con su lujuria salvaje y su terror. Lentamente me llevé las manos a la cara. Algunos, quizá, simplemente porque Dyan era un señor del Comyn, rico y capaz de hacer regalos y conceder privilegios a sus amigos, pero otros sin duda verían en él un compañero encantador y sofisticado. —Gracias señor, pero ya he bebido más de lo que suelo hacerlo en una semana entera. Pero ésta es una descripción superficial de una trama que no nos dice nada sobre lo que ya está presente en esta novela y será el elemento central del resto de la serie de Darkover: el dominio ejemplar de su autora en el tratamiento de la psicología de sus personajes y su interés central por la ética de la libertad. ¡No era raro que el fuego hubiera ardido, quemado, devastado en todas mis pesadillas! Se me había advertido lo que podría ocurrir si permitía que alguien más la tocara. Observé esos ojos inhumanos... ¡Dioses! Al principio pasaban también juntos gran parte del tiempo libre. Lamento haberte despertado. —Debo hacerlo, amor, sea o no seguro. Thyra me lanzó una sonrisa sardónica por debajo de sus pestañas humildemente bajas, pero todo lo que dijo fue: —Todos estamos a tus órdenes, Dom Lewis. He advertido que jamás cae sobre ti. Yo no había oído nada, pero Thyra se alejó de la ventana y salió al vestíbulo. El llanto no era en absoluto un sonido, sino una intangible onda de vibrante desdicha y desesperación, como el llanto perdido de su sueño, pero inaudible. Vivió con él muchos años en Terra. Es decir, si es que hay en él algo que sea natural. Bebe esto. Lo había hecho una vez. Se le veía tan mal como Danilo. Sin embargo, en Terra le enviaron a la escuela y le obligaron legalmente, presta atención, a obedecer a un tutor estipulado hasta que cumplió veinte años. —Sólo a tu servicio la llevaré —dijo, y la guardó en su propia vaina. No, mientras estamos de servicio. A menos que quieras creer en todas esas viejas historias acerca de dioses y semidioses que vinieron a enseñarle al Comyn cómo utilizar sus poderes, y yo no lo creo. Filete de pollo empanizado en panko acompañado de arroz y ensalada de col y zanahoria. Todas. Y Marjorie y yo acabábamos de encontrarnos. Dejó sobre su cabeza la capucha del manto, como correspondía a una mujer soltera en medio de extraños. También eso me hería. Riendo nerviosamente, contestó: —Si es así, jamás me lo ha dicho. Tomó la daga, la miró con pena, fue hasta la ventana y la arrojó afuera. Pero esos fuegos no morirían jamás. Más bien ella está en la cima de la escalera y tú estás en el suelo, sosteniéndola firme. Y en parte, también, por el puro placer de saber que había hecho un buen trabajo. A diferencia de Dani, tú sí eres lo suficientemente rico como para pagar rescate, y lo bastante importante como rehén. Sabía que le conocía; estuvo un año en el monasterio. Si llegas borracho al servicio, te sacaremos a patadas, sin excusas o explicaciones que valgan. —No será fácil —dijo Beltrán—. Mi cabeza vacilaba. Dudo que una sanadora pueda hacer algo al respecto. —me espetó Thyra—. Debe haberle ido mal en la prueba de armas, y está perturbado por eso, pensó, y se marchó sin molestar a su amigo. Danilo estaba colocando en su estante un sencillo peine de madera, un cepillo, una desconchada taza con un plato y una cajita grabada en plata, de la que reverentemente extrajo la pequeña estatua cristo/oro del Portador de las Cargas, que llevaba el peso de los dolores del mundo. Yo me había ablandado con Kadarin al percibir la sinceridad que había detrás de su furiosa intensidad. ¡Estaba todo tan oscuro durante la tormenta! No obstante, mientras están trabajando en los círculos se mantienen estrictamente castas. Me han acusado de ser despiadado. La acción contra los incendios es la más antigua tradición de Darkover pero, en distritos suficientemente afortunados como para haber escapado de los incendios forestales durante generaciones, resulta difícil persuadir a cualquiera de que la acción preventiva debe extenderse hasta abarcar el mantenimiento de las estaciones y sistemas de alarma. Vamonos. En el juicio del fundador y ex director ejecutivo de FTX, Sam Bankman-Fried, el juez fijó una fecha tentativa para la audiencia en octubre. —Dyan volvió a mirarle, uña lenta mirada evaluativa, que hizo que Regis se sintiera incómodo—. Dyan alzó su vaso y bebió todo lo que quedaba antes de responder. En el camino. Danilo agregó, con voz trémula—: Mi padre es viejo y está débil. Kadarin siempre aparece allí, y en mis sueños sonríe permanentemente, gentil, con la fuerza de una roca que nos sostenía a todos cuando vacilábamos. —No, no estaba siendo completamente honesto. ¡El asesinato es un asunto privado y no de leyes! Maldita sea, pensó Regis con irritación, no puedo leerte el pensamiento, hombre, tan sólo tengo buen oído, orejas normales. Marión Zimmer BRADLEY, escritora americana nacida en 1930, se dio a conocer en el mundo de los aficionados a la ciencia ficción a finales de los años cuarenta por sus repetidas cartas a revistas y fanzines firmadas como Marión «Asirá» Zimmer. Dan Lawton le llevó hasta un alto tubo que se elevaba a velocidad alarmante, y que llegaba a una terraza de observación cerrada con vidrio. Toda mi vida había sido dócil, había estado dispuesto a ser gobernado, dispuesto a disciplinar mi furia, inclinando la cabeza bajo cualquier yugo digno que me hubieran impuesto. Eran firmes, encallecidas, reales, el único punto de anclaje dentro de un cambiante universo que se disolvía. —Carecíamos de los materiales de prueba más comunes, tendríamos que improvisar. Beltrán hizo un ultimátum. — Tendrás que excusarme por hoy —dijo—. Le invadió la incómoda sensación de que ella sabía lo que él estaba pensando, y que eso le hacía mucha gracia. Sin apuro, se la enjugó. Como Hastur y mi padre creían que no podían manipularme de otra manera, ahora trataban de sobornarme con sexo. Ella recorría la sala de grandes arcadas con ventanas azules, cantándole con su voz ronca y grave... Regis sacudió la cabeza para librarse de la ilusión. ¡No! Hay suficientes conciertos como para satisfacer a un amante de la música. Él ya está más allá del perdón o de la culpa, querida. ¿Sabías que están sepultados juntos en la misma tumba, en el campo de Kilghairlie? —Bob me obligó a cogerla —me explicó—. ¡No otra vez! ¡Maldición, no! Era algo totalmente irresponsable con respecto a esos hombres leales, y el hecho de que nunca preguntaran sus motivos hacía todo mucho peor. Algo así le dije, y él asintió. No será dentro de mucho, te lo prometo, pero tengo que pensar qué hacer. No lo había intentado. ¿Qué te hace pensar que él se rebajaría a mentir? A todas luces era insuficiente. Así es como hacemos los matrimonios en el Comyn. Las lágrimas corrían por su rostro—. Se hizo tarde y él no volvía. —No podía —dijo Dani—. Cuando llegó el momento de bajar, estaba dispuesto a darles patadas en los tobillos a todos. Si mi señor lo autoriza, entonces estaré a tu servicio. Dijo suavemente, pero Regis lo oyó: —Por ahora puedes volver con quien has comprometido tu servicio, hijo mío. 37.00. Ya no tengo que compartir el rancho de los hombres, pero mis años de cadete están suficientemente vividos como para saber hasta qué punto parecen buenas todas las delicadezas del buffet después de tener que comer lo que pasa como comida en las barracas. Si has creído que Danilo era prisionero, te tranquilizarás al encontrarle en las mejores habitaciones de huéspedes, que son las únicas, supongo, dignas de albergar a un Hastur. Era justo que yo viviera para expiar mi traición por medio del sufrimiento. Dejé que siguieran un poco y después de nuevo reclamé orden, y empecé la tradicional ceremonia de pasar lista el primer día. Ya sabéis hasta qué punto es íntimo un círculo de matriz. Cabe también ordenar los libros en función de la cronología interna de los hechos narrados. Lentamente, Marjorie asintió. Cada plato que preparamos lo hacemos uno por uno, cada uno cuenta con la dosis exacta de ingredientes, temperatura y dedicación. Conozco el pedigrí. Eso causó una pequeña ola de susurros, murmullos y comentarios, y me di cuenta que sería un error escucharlos. Tú misma dijiste que debo pedir que me envíen a una torre. Yo nunca tuve esa opción, Lew, nací con un mínimo de laran. Marjorie casi se desplomó sobre el banco; Mhari se acercó a quitarle las botas. Puse la matriz en su mano y fui hacia Thyra. Y estábamos enamorados. —preguntó Beltrán, y yo asentí. —En los Dominios no se sabe que Caer Donn sea una ciudad tan grande —dije. Mi padre se encogió de hombros y exhaló un profundo suspiro. —No te preocupes —le dijo—, el Maestro Raimon se ocupará de él. Era de día, en un cuarto con cortinas e iluminado por el sol; la mano me dolía infernalmente y Marjorie, inerte en mis brazos, gemía sin sentido. Dolor. No tenía otra manera de llegar a tu mente... —Cuidadosamente, sin tocarla, Danilo volvió a cubrir la matriz. ¡Pero ahora soy señor de Aldarán, y antes zambulliré a todo Darkover en un caos de sangre! —Se arrodilló, pasó rápidamente los dedos por la cabeza del muchacho y después hizo un gesto a dos cadetes de tercer año—. Tenemos muy pocos sirvientes para llevar recados. No podía. De manera aguda e incisiva irrumpí en las mentes de esos hombres. —Javanne, ¿tú tienes el don de los Hastur? Siguió buscando en la gris desolación hasta que una mano le rozó en la oscuridad una exploración brusca e indecente, a medias dolorosa y a medias excitante. Incluso ahora, que yace sepultada bajo toneladas de basura y cuando ya nunca podré regresar a ella, se yergue en rni memoria como la ciudad de un sueño, una ciudad que por un tiempo fue un sueño. Mi padre también me había dicho que la última vez que visitó las montañas cercanas a Aldarán, Caer Donn era poco más que una aldea grande. Con qué rapidez habían cedido los terranos cuando descubrieron que el Pacto no estaba destinado a eliminar las armas terranas, sino las grandes y peligrosas armas de Darkover. El terreno estaba pisoteado y él tenía su daga. Uno de los suboficiales cadetes se acercó a ellos. Sonrió de felicidad y sus labios se abrieron. Al mismo tiempo conocemos también la historia de la juventud de Lew Alton, el heredero de otro Dominio del Comyn, que lleva incluso sangre terrana en sus venas. Bien, léelo esta noche. Me concentré en ella, tensando mi mente para la delicada tarea de volver a entrar en contacto con la piedra estelar; una y otra vez me vi obligado a desviar los ojos por el dolor y porque la vista se me nublaba. —Estamos vigilando los puertos, y si intenta abandonar Darkover, le apresaremos. También sabía que Regis estaba tan asustado como Danilo, pero igualmente decidido. —Su mirada se posó en Danilo y su expresión se hizo rígida, pero dijo con voz firme—: Dom Syrtis, llegó un mensaje de Thendara, por medio de los terranos; se le envió el mensaje a tu padre, informándole que estabas vivo. El plato es generoso tranquilamente se puede compartir entre 2 personas. Pero tiene la sangre de su madre, el rostro de su madre y los ojos de su madre. No obstante, decirlo delante de todos hubiera sido una terrible trasgresión de los buenos modales, de modo que tan sólo respondió: —Sí, confió mi educación a los cristo/oros: he estado allí tres años. Era de Lew... del capitán Alton, quiero decir. De todo. Ahora casi toda nuestra carta tiene versiones vegetarianas y veganas con la carne vegetal más famosa y sabrosa del mundo: Beyond Meat. Más información, No hay resultados que coincidan con tu búsqueda, Visita, reserva u opina sobre Doomo Saltado y. Buscamos sorprender siempre, sobrepasar expectativas brindando alegrías a nuestros clientes, colaboradores y socios con una propuesta culinaria distinta. —Nunca pensé que lo fueras, Lew. ¡Es mucho más fácil traer en dos viajes las ramas secas a través de la nieve que tener que cargar contigo! Cogí mi espada, pero al cabo de pocos segundos estaba inmovilizado y, con un sentimiento de horrible e infinita repetición, me hallé luchando, impotente entre varios guardias que me sostenían. Nos ocurre a los dos —dijo con voz lejana. —Respiró hondo, como si en todas partes le faltara el aire—. Sólo un telépata catalizador puede hacerlo con seguridad, y yo no lo soy. Lo que hagas en tu tiempo libre es cosa tuya, pero trata de que no se hable de ti. El sirviente me condujo hacia la alta mesa que se hallaba en un extremo, en donde se sentaban los nobles. Miró a Regis y agregó—: No, si has cabalgado bajo una nevada a estas horas para traerme semejantes noticias, es evidente que nada puede esperar. Alegó en su defensa que el Guardia le había hecho lo que llamó una proposición indecente. ¿Pero cómo? Antes de que se erigieran las torres, antes de que su uso fuera protegido por rituales y supersticiones. ¿O en realidad había querido que yo conociera a la familia de mi madre? La noche era oscura, llena de bruma. —Le tendí las manos. Mi enojo creció mientras rodeaba la pista, buscando a mi padre. No hay nada que comprender, es pura tontería. ¿Pero acaso puedo confiar en un hombre que empieza por secuestrarme y matar a mi padre de un susto? ¿Fue tan malo como parece? No todos son amistosos aquí con la gente del valle. Platos. Marjorie parecía fría y aprensiva: yo me sentía así también. entrada Acompáñalo con nuestras salsas de la casa Clasico / Spicy / Acevichado / BBQ. —No seas insolente, joven cachorro —gruñó Hastur—. La enfermedad de umbral fue y vino recurrentemente, aunque más vino que fue, durante los últimos días. No recordaba haberlo utilizado antes. Solté los pasadores del pelo y la tendí en mi cama. Después estaría libre. Dijo que había sido un accidente, pero soy telépata, y él ni siquiera se molestó en ocultar hasta qué punto había gozado haciéndolo. La mayoría de los telépatas superan estas perturbaciones psíquicas con la pubertad. Ante su rostro, flotando en el aire, apareció una pequeña bola de fuego azul, que se hizo gradualmente más grande y luego flotó ante cada uno de nosotros por turno. Si LA ESPADA ENCANTADA nos mostraba, casi didácticamente, el alcance de la cultura de Darkover y las características del laran y los poderes psi, en LA HERENCIA DE LOS HASTUR la «ética de la libertad» se une a una visión madura de los fenómenos sexuales. —Parecía tan dolorido como yo—. *Se sustituirá el Atún por Bonito según la disponibilidad.Kai Maki x5 20 x10 30 Maki Chan x5 20 x10 30¡Nuestro preferido! —Vi el fuego —contestó ella—. —Regis-Rafael Hastur, ¿juras lealtad al Comyn y a su Concejo y te comprometes a servirlo con tu vida? —Al menos esta vez no me dejó inconsciente. Podía rogar. La conocía, había estado en su primer año durante el último que pasé allí. Ronald F. Clayton Ver más ideas sobre menus restaurantes, disenos de unas, menu desing. —La acusación es justa —repitió— y no hay ningún honor en matar legalmente a un anciano. —De modo que cuando me insultaste... estabas más acertado de lo que tú mismo sabías, Dani. Lo que es más, tengo autorización de la Administración Central para ocuparme de los ciudadanos de Darkover a través de sus gobernantes legal-mente constituidos y designados. —Está usted mal informado, Lord Dyan. Al cabo de un largo rato supo que Danilo había vuelto a dormirse. En el mismo epílogo de la novela pueden leerse frases como «...era fácil suponerlo: ninguna elección se hacía sin arrepentimiento», que subraya la dificultad del proceso de maduración personal; y la más directa, que juzga la elección final de Regís Hastur: «No era su deseo. Aquellos de nosotros que somos telépatas no tenemos oportunidad de desarrollar nuestros dones naturales; los que no lo son, no tienen manera de aprender la mecánica del funcionamiento de las matrices. Es un asunto del Comyn; de hecho, nada de lo que puedas llegar a oír debe salir de la sala del Concejo. —¡Y ni siquiera puedo advertir a Arilinn! —Pronuncias acertijos, vai dom. —Estás perdiendo el tiempo, Beltrán —dijo una voz desde el lado del fuego—. —Utilizó la cortés expresión casta y yo, habituado a la expresión más ruda que era habitual entre los Guardias, por un momento no estuve seguro de lo que me quería decir. La herencia de los Hastur En LA HERENCIA DE LOS HASTUR asistimos al desarrollo de la personalidad de un lord del Comyn, el joven Regís Hastur (casi un niño). —Si el delito se cometiera aquí en Thendara —dijo el embajador—, lo haría con gran placer, Lord Alton. Al menos por una vez pareció hablarme como si yo fuera un ser humano. Yo no la habría creído tan mojigata. Nombre. Cercené la idea. La fruta, madura, pendía resplandeciente entre las hojas oscuras. —El dolor y el shock de aquella noche volvieron a él con toda su fuerza, y sintió que una vez más su corazón se aceleraba de forma tan dolorosa como la noche en que Danilo le había rechazado. Sin embargo, eso no disminuyó mi asombro cuando, al llegar a la cima de una de las montañas más altas, vimos que la ciudad se extendía por todo el valle y ascendía a las laderas de las montañas siguientes. Sentí la furia que ascendía, devastándome, y dejé que el fuego rodeara a mi padre. Trató de dejar bien claro, al menos para Danilo, que era él quien buscaba la compañía de Dani, quien la necesitaba y la echaba de menos cuando no se le ofrecía. —Toqué mi cicatriz—. ¡Oh, te creo, eres suficientemente escrupuloso y estás atado de pies y manos por tus propias supersticiones idiotas! —Mi padre dice que ésta es la manera de cargar de un hombre perezoso —dijo alegremente—, que consiste en coger demasiada cantidad porque uno es demasiado perezoso como para volver y traer más. —En cierto sentido —dije—, la Celadora y el monitor psi están en los dos extremos de un círculo, y son casi igualmente importantes. —Regis, escúchame. ¿Podrás perdonarme? A media tarde, todavía a millas de distancia de Thendara, empezó a nevar otra vez, pero Regis hizo caso omiso de las sugerencias de su escolta sobre la posibilidad de buscar resguardo y hospitalidad en algún lugar. Ya ni siquiera era un hombre, sino alguna otra cosa. Estaba agotado, ya que no había dormido después de su cabalgata del día anterior, pero el efecto del kirian aún no había desaparecido, y no se sentía somnoliento. El advertir, en cierto sentido conmocionante, que había captado la mente de su abuelo, y había reconocido a Lew al tocarle, sin verle ni escucharle. Había sido alguna vez un granero destinado a guardar forraje. —Volví a quedar en silencio. Tomó una vela apagada que estaba en una mesa lateral y se inclinó sobre ella intensamente concentrado. Sintió que él mismo entraba y salía de su cuerpo, incapaz de soportar el bullicio y la confusión de todos esos pensamientos. Sin una mirada atrás, Regis se alejó por el camino, con Danilo siguiéndole a un paso de distancia. Por los infiernos de Zandru, muchacho, ¿no eres demasiado grande para ruborizarte? Chaufa con lomo saltado y maquis buenote ! Pero no los telépatas con un entrenamiento de Torre, acostumbrados a compartirlo todo... Dije, y supe que mi voz temblaba de manera incontrolable: —Ni siquiera un dios puede ser obligado a amar por medio de una orden. Su silenciosa pregunta fue perfectamente clara. —Un digno objetivo, señor, pero no el más adecuado aquí. No había otro sonido más que el de sus propios pasos y el ritmo irregular de los pasos del pony. ¿Quién más que tú...? —Es demasiado pronto para una tormenta tan intensa. Los largos peldaños que conducían hasta las habitaciones de Hastur parecían cernirse sobre él, reduciéndose y expandiéndose. Fue Lord Dyan... ¿sabes lo que ocurrió? Era bien parecido sin su expresión ceñuda y solitaria. Vine a traerte un mensaje de Kennard Alton que se refiere a él. Ni siquiera estoy acostumbrado a pensar en mí mismo como un telépata. Nada de ello era real. — ¿Qué es lo que pasa? La furia y el dolor del anciano eran como un golpe. De algún modo... desganado —Regis tuvo la impresión de que había estado a punto de decir que estaba enfermo—. —Llegó un mensaje de Arilinn... ¿Sabes lo que está ocurriendo en Aldarán? —No puedo. —Entonces recurro a mi privilegio de elección —dijo Dyan. Yo no puedo llegar a él, pero tú sí puedes, porque le has amado, y debes hacerlo, antes de que cierre la última barrera y deje a todo el mundo fuera para siempre. No me meterás en problemas de ese tipo. Su propia respiración silbaba y gemía cuando aspiraba y espiraba, como un fuego ardiente que debiera ser extinguido por las gotas de agua de sus pulmones... El dolor le hizo estallar la cabeza. Cuando salió, recuperado, la luz aumentaba aunque el sol todavía no había salido. Pasó mucho tiempo antes de que escuchara un leve ruidito metálico sobre la puerta. Regis alzó la cabeza. El Regente no parecía consciente de ninguna pérdida de dignidad. El más joven... El guardia vio que Regis lo miraba y se puso rígido; toda expresión se borró de su rostro, como si le hubieran pasado una esponja por las facciones. Pero te doy mi palabra: serás reivindicado. Add to wishlist. Entonces supo por qué. Había disconformidad entre los súbditos e incluso entre ellos mismos, en sus mismas filas, los hijos se volvían contra los padres. Es responsabilidad mía, y yo cargaré con la culpa. Ya conoces el resto —dijo con la cara tapada. Allí tienen el fuego encendido todo el año, y si quieres, puedes tener a alguien que te caliente la cama. —Nadie se casa por propia voluntad. No le sorprendía. Me alegra que hayas podido reunirte con nosotros. Y en todos estos días yo no había sentido ningún contacto, ninguna mente que me buscara. ¿Por qué? Tomó la espada de manos de Gabriel. —Buen viaje, entonces, primo, y también un buen regreso —dijo, y empezó a retirarse. ¿O debo sentirme halagado por el hecho de que tú te intereses personalmente, sin preguntar por qué? A causa de su tierna edad, no es legal requerir de él ningún juramento formal. —Cogió con decisión la toalla de manos de Danilo—. Reuní todo el poder de las mentes concentradas, todas ellas, la fuerza de mi padre, la mía propia, la de Kadarin y la de todos los creyentes que detrás de él vertían toda su emoción cruda, su fuerza y su lujuria... Sostuve todo ese poder, fusionado en una cuerda de fuego, un retorcido cable de energía. ¿Pero qué podría haberle desesperado tanto? —dijo Thyra suavemente. ¡Sharra! —Bien, trataré de limpiar tu nombre ante tu padre sin ponerle en peligro. El Pacto no se había hecho para mantenernos alejados de juguetes tan simples como las pistolas y los pulverizadores de los terranos, sino de las terroríficas armas ideadas en nuestras Épocas del Caos. —No le negaría la mano a un pariente —repuse, y le devolví suavemente el apretón. —No lo sé —dijo—. Beltrán se puso tan rojo como una cresta de gallo. —Poder, sí —dije—. ¿Cómo puedo servirte? Sí, pareces un Hastur —dijo mientras alzaba un teléfono y luego hablaba rápidamente en la lengua terrana estándar. ¿Crees que se llevó a Dani para que callara? Pero Terra dejó a un lado los poderes de la mente y se concentró en las cosas materiales: metales, maquinarias, ordena dores. De todos modos, me siento muy raro con respecto a... —De repente volvió a sentirse incómodo—. — ¿Es por eso...? Bueno, para abreviar el relato, Kennard regresó a Darkover, fue dado en matrimonio a una mujer de los Dominios, que no le dio ningún hijo y sirvió en la Torre de Arilinn; algo te habrán contado. Sabía que había callado porque no podía seguir hablando sin llorar. Regis vio el hermoso caballo negro de Danilo, el viejo cazador huesudo que Dom Félix había estado montando, y dos buenas yeguas, aunque viejas. The cool service is a great plus of this restaurant. Conservó entonces la compostura hasta que el hombre salió de la habitación. Miré hacia arriba y dije: — ¡No me agrada la idea de tener que subir de regreso! Una vez más se vio en la armería, atontado y avergonzado, inmóvil, mientras las manos de Dyan recorrían su cuerpo desnudo y magullado, y después él y Danilo estaban de pie junto a una fuente en la plaza de Thendara, sólo que Danilo era más alto y tenía barba, y los dos bebían de jarras de madera y reían, mientras las muchachas arrojaban guirnaldas festivas desde las ventanas altas Al cabo de un tiempo empezó a filtrar más críticamente estas imágenes arbitrarias. Dom Félix se volvió para ocuparse de su halcón, y Regís le preguntó amablemente: __¿Buena caza, señor? Tenía las manos heladas. All fairy to cheap priced.More, This is the version of our website addressed to speakers of English in the United States. También me dio un buen caballo. Al menos debíamos hablar honestamente, abiertamente acerca del asunto. Ahora es diferente. Me dolió horriblemente, pero sabía que si dejaba que esto prosiguiera nunca podría dejarla, y sabía dónde terminaría todo. —Has crecido desde la última vez que te vi, Marius —le dijo—. I didn’t eat all the causa. —Sin embargo, no lo hice —dijo Danilo en voz alta. Puedo ir. ¿Estabas demasiado ocupado con tus plegarias para no escuchar tu nombre? Los guardias se inclinaron, y uno de ellos, una especie de mayordomo o camarero, dijo: —Adelante, Dom, eres bienvenido y honras la casa de Aldarán. —Sonrió repentinamente—. Oh, yo no tenía ni diez años, pero cuando llegó la noticia de que le habían matado, creo que lloré más por él que por papá. Dyan hizo una breve pausa. Al fin, suspiró y dijo—: ¿Tienes alguna cosa de Danilo, Regis? Lamento que tengamos que esperar tanto. No hay muchos buenos caminos en Darkover. —Regis, Regís, lo sé. Me di cuenta cuando él tenía solamente doce años. —... en conclusión, señores, estoy dispuesto a explicarles las previsiones que se han tomado para el cumplimiento del Pacto sobre una base planetaria —dijo el embajador, y Regis esperó que el intérprete repitiera las palabras en casta para beneficio del Comyn y de todos los nobles reunidos. Volvió a tenderse a mi lado. —No, hijo, no hay ninguna necesidad. Ganaste ese don a riesgo de tu vida. Era un pelotón de guerra. Lew desprendió su mano, diciendo con amargura: — ¿Juramento? Se sentía extrañamente solo. ¿O tengo permiso para violentarte con algunas verdades, con la esperanza de que maduren así los frutos de la sabiduría? Si pudiera resistir el tiempo suficiente para hacer lo que tenía que hacer... Sabemos lo que intentas hacer, Lew. Dejé a un lado sus pensamientos y le dije llanamente: —Una mujer debe tener el privilegio de negarse. Y de repente lo supe —debía haberlo sabido antes—, supe exactamente cómo y por qué Danilo había sido perseguido, hasta que en un momento de absoluta desesperación se había visto obligado a levantar el cuchillo contra su perseguidor... o posiblemente contra sí mismo. ¿Qué clase de mentecato crees que soy? Regis rozó los dedos hinchados con cuidado, incapaz de aislarse del dolor y el agotamiento de Kennard. Damon está en la enfermería con Julián. Al igual que los Ardáis y los Aillard, tenía seis dedos. ¡Me gusta ría creer que sólo se matarán a sí mismos! Después se rió. ¡Coged todas vuestras cosas, a menos que la hospitalidad de Aldarán os agrade tanto que prefiráis quedaros! Bob —se dirigió a Kadarin, con los ojos dorados inundados de lágrimas—, tú me hiciste Celadora. —Una Celadora es el control central del círculo, todos lo habéis visto. De repente recordó, como algo que podría haber ocurrido anos atrás, que esa misma mañana él había estado con el joven Lawton en la Zona Terrana, observando cómo la nave espacial despegaba del planeta y emprendía su marcha hacia las estrellas. Yo jamás había pensado que él era el heredero de Hastur. Le daba vueltas y vueltas al asunto sin llegar a ninguna conclusión. La conduje a la pista. —Afortunadamente, no recuerdo gran cosa —dije. —Kennard, Lord Alton —dijo. —No me importaba con la de Lew. Siempre debe estar controlada, porque si no, ella nos controlará a nosotros. Mira los videos más recientes de #peruanaeuropea en TikTok. Regis parecía a punto de desplomarse. Y también me sobornarían a mí. —Regis, tienes tantas otras cosas para dar. Eso fue suficiente. Sin embargo, Callina estaba sola, observaba a un grupo de bailarines clásicos que interpretaban una danza rítmica que imitaba a las hojas durante una tormenta primaveral. Lo próximo que supe fue que ya era entrada la tarde, el cuarto estaba otra vez lleno de niños y cachorros, y nos levantamos y comimos un gran cuenco de caliente sopa de verduras que había estado hirviendo sobre el fuego durante todo el día. La chimenea. —Se volvió hacia Kennard, rogando—: Por el honor de la Guardia... por tu propio honor... Las inválidas manos de Kennard le rozaron suavemente; Regis pudo sentir el dolor que se desprendía de esas manos hinchadas antes de quitárselas bruscamente de encima. Pequeños arroyuelos de nieve se derretían en el patio mientras ellos cruzaban las piedras en dirección al comedor. Sensible, una telépata. ¿miedo?, ¿vergüenza?, que subía desde el brazo hasta sus dedos, como un shock eléctrico. Él esbozó una sonrisa triunfal e hizo un gesto con la cabeza a sus hombres para que me llevaran. No sabía qué era peor, pero sospechaba que la peor forma era aquella que le asaltaba en el momento. —Debes ocuparte de pasar lista en mi lugar... —Padre, no. Relleno de palta y langostinos furai, cubierto con atún, acompañado de salsa de ají amarillo y chalaquita. —No, le hice una promesa y debo cumplirla. Ahora sabía qué era lo que Dyan había estado tratando de averiguar, de manera tan sutil que ni siquiera llegó a ser una invitación. aderezados con vinagreta y aceite de oliva. Tratando de enfocar la visión en contra del enjambre de luciérnagas que giraba ante sus ojos, recordó el consejo de Javanne: muévete, combátelo, habla. I would go back here. — ¿Dani? —Normalmente se me espera para desayunar, pero a Thyra le gusta dormir hasta tarde, y nadie más se preocupa. ¿También la estarían lastimando? —Ahora cuéntame lo que ocurrió, Dani. Me parecía, por primera vez en mi vida, que ésta era mi ciudad, que estaba volviendo a casa. No me parezco a Dyan como orador, y no pretendía competir. Y, según veo, en camino de ser un estadista. Pero creedme, no disfruté del aprendizaje. Amenazó, y los terranos se negaron; Kadarin nos llevó hasta la parte más alta de la ciudad, desde donde se puede ver toda la ciudad abajo y... oh, Dios, Lew, fue terrible, terrible, el fuego ardiendo en el corazón de la ciudad, las llamas alzándose en todas partes, gritos... —Giró sobre sí misma, ocultando la cabeza en la almohada. —Sí, lo sé —dijo Dani—. ¡Es su razón lo que está en juego, tal vez su vida! —Trae testigos —dijo—, debo irme pronto. Había una chimenea, pero allí no ardía ningún fuego. Eso pensaba yo cuando era joven —dijo la anciana—. ¿Harás honor a la promesa que nos hiciste? Los otros muchachos le harían pedazos. ¿No es por eso que vigilan en las torres? A propósito, si descubrís en algún momento que no podéis comer, acudid de inmediato a alguno de nosotros para un control, puede ser una advertencia temprana de que los flujos de energía están alterados. —Las flores son un material ideal para las pruebas de práctica —dije—. Estaban sucias y arrugadas, pero no gastadas ni deshilachadas. Es un don muy raro y precioso. ¿Que caiga de rodillas ante los Hali'imyn y que acepte de ellos como un don el poder que es mi derecho? En las habitaciones de Alton, Kennard estaba sentado en la sala principal, ante el fuego. Amigo mío, ya sabes por lo que pasan los cadetes de primer año en la Guardia... —Es mi hijo y no es ningún cobarde. Regis sintió un enorme alivio. En el extremo del cuarto había un espacio abierto con un par de pesados bancos y una mesa de madera muy usada. ¿Viste algo más, Gabriel? ¿Podría pasar por todo sin desmoronarse? Hacer volar una nave puede resultar más complejo. En cualquier caso, en el momento en que el cuchillo fue desenvainado, Dyan lo tuvo exactamente en la posición que deseaba. No, era ridículo. —Lo que dices es cierto, tío, hasta ahora. Regis se abrió paso, un poco mareado, hasta la barraca. La furia volvió a invadirme. —replicó Regís. —Te decepcionarías. Sí, tiene conmoción por el golpe, le llevaron a la enfermería, pero estará bien en unos días. —Extendió una mano y detuvo por la fuerza a una de las mujeres que pasaban corriendo—. No podía pronunciar una sola palabra, ni una sílaba, y sentía que su cuerpo y su cerebro explotarían con las palabras que brotaban de él. ¡Tal vez después de esta noche este entrometido bastardo estará más ocupado con sus propios asuntos y tendrá menos tiempo para interferir en los míos! Ésa era la manera en la que siempre había resuelto todos los desafíos. Se había vuelto sensible a los comentarios acerca de su apostura, demasiado frecuentes en Nevarsin y en las barracas. El gesto parecía tan íntimo como el de acostarnos juntos, y mis manos temblaban al rozar las sedosas hebras, casi tanto como cuando la toqué por primera vez. Estaba atestado de sirvientes que corrían de acá para allá, y ninguno estaba dispuesto a detenerse para responder a mis preguntas. Después de todo, no te convocamos a la capilla con unas horas de anticipación, para casarte en el acto, como se hacía hasta hace pocos años. No es ningún tonto, y sólo un tonto podría poner a un hombre como Dyan a cargo de muchachos de esa edad. Estaba en tierras de Alton. Negué con la cabeza, y advertí que algo, tal vez la furia violenta que había invadido mi organismo, había disipado lo peor del malestar. Cuando se estaba atando el último lazo, entró Dyan, arrojó su chaquetón sobre un banco y rápidamente se puso el equipo de práctica. —¿Dónde diablos te criaron, cadete, para no responder a tu nombre? Lew se sentó a su lado. Obedientemente, se metió bajo las mantas. —No soy un niño. Y, para un joven de tu edad, no debemos omitir las casas de placer. Me quedé mirando, incrédulo.
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