Ella me besa, y desaparezco. ¡Sí! Estoy seguro de que nadie se daría cuenta, y que tus padres jamás se enterarían del asunto. Henry, ¿eres una persona de verdad? —Escucha, caraculo… ¡Qué diablos! —¿Adonde vas? Furioso, lanzo una mirada de reproche a mi otro yo mientras me pongo unos tejanos y una camiseta. —Confía en mí. —Buena suerte —le contesto, extrañamente conmovido ante la visión de mí mismo embarcándome hacia lo desconocido, hacia una fría mañana de domingo en Chicago a la que él no pertenece. —Y tú, ¿por qué opción votas? Apenas veo el trazado de su perfil. —Relajado. Odiaba las autovías, odiaba ir en coche al aeropuerto, y solo accedió a ello por una cuestión de sentido común. —Me como su torre con la reina. Lo que ha escrito es un resumen de la cita de ambos. Todas se burlan; ¿cuántas preguntas posibles deben de existir? ¿No podrías venir siempre conmigo? Él es más delgaducho y desgarbado, y se le marcan las rodillas y los codos. Así está mejor. Quizá esté durmiendo todavía. —Sí, pero no puedes dejarme así. El pomo de la puerta gira despacio y entonces me doy cuenta de que inadvertidamente he desbloqueado la cerradura. —No —me río yo—. Parece algo decepcionada por la noticia. No es justo. —Hola, Clare. Tal como estabas, por favor. La temperatura ha descendido. Jason actúa igual que lo habría hecho yo en su lugar, se deja caer y rueda fuera de nuestro alcance, pero no lo bastante deprisa. —Claro que sí. Desde siempre, México ha sido uno de los países que más bebidas azucaradas consume, hábito que … —exclama Clare cerrando los ojos. —Átalo al árbol. —Nos quedamos en silencio durante unos instantes—. —Gracias, pero no es para que tú lo disfrutes, Caralagarto. Era una estudiante californiana muy rica; la secuestraron unos malvados terroristas políticos de extrema izquierda y la obligaron a atracar bancos. Wendy le pregunta a Francie qué talla de sujetador lleva Lexi, la hermana de diecisiete años de Francie. —¿Cómo? Me levanto, pongo mi bota sobre su pecho y le apunto a la cabeza con la pistola. En realidad me apetece ir con Clare, pero no sería prudente. Jason tiene la piel pegajosa y está muy bronceado por todo el cuerpo, salvo por debajo del tierno perfil de un bañador. Avanza en círculos, y luego se detiene en la H. En ese momento empieza a ir más deprisa: E, N, R, Y. —Hola, Jason —dice Clare—. Eso que hiciste formará parte de tu pasado. —Oye, jovencita, eso que me has llamado no es muy agradable que digamos — protesta, siguiéndome hasta la cocina—. —Parece ser que en caso contrario, todo saldrá mal. ¿Cómo conseguiste atarlo a ese árbol? Es domingo, bien entrada la mañana. Le paso el brazo por los hombros, y ella mete su mano en la parte interna de mi muslo. No tardamos en acomodarnos frente a la ventana para presenciar la escena con ojos desorbitados. Mary Christina es la más alta de la clase. Los pasillos están prácticamente vacíos. El aroma de la otredad monstruosa, quizá. Viene del próximo mes de marzo. Está absorta en su dibujo. Se muestra absolutamente impasible, fría como una asesina de Raymond Chandler. Clare tiene trece años. Imagínate lo que sucedería si estuviera conduciendo y desapareciera. Es algo irracional, ¿sabes? «Ve con cuidado», me digo. —replica ella riéndose. ¿Papá? Dame dinero, por favor. Ruth se ha escondido con Laura arriba, en su dormitorio. El tipo obedece y le hago salir por la puerta. La madre y el padre estaban enamoradísimos, y me tuvieron a mí. Jamás le he dirigido la palabra. Crezco, te conozco, nos casamos, y ya está. Sigo sin comprender nada. Ella reacciona como siempre a mi clásica jugada de apertura: peón cuatro reina. El reloj marca las 00.12—. Estudio el tablero, y me doy cuenta de que Clare podría hacerme jaque mate si me comiera el alfil con el caballo. Van a herirla, va a morir», pero me daba cuenta de que las palabras no salían de mi cabeza, y que todo sucedería igual que antes. Al cabo de un rato de hacernos cosquillas y revolcarnos, nos quedamos sobre la hierba con las manos aferradas al estómago y Clare me pregunta: —¿Tu esposa también es una viajera del tiempo? WebCoca-Cola Refresco Coca-Cola 3 L Retornable 3 L Tamaño de empaque 1 Botella $40.00 3 L Este producto podría no estar disponible en tu área, Ingresa tu dirección de entrega para … Es sorprendente. —Mmmm… Ya. Por lo general, cuando vienes de 1998, 1999 o de 2000, estás triste, o bien asustado, y no quieres decirme por qué. —Tenía tu edad en 1975. —Bueno, pues yo no me siento como un fantasma, o un personaje de ficción. ¿Qué fecha es hoy? —Sufrí un accidente de coche cuando era pequeño, y no me gusta subir a los automóviles. —Pues lo has conseguido. —Henry —dice, levantando la cabeza—, ¿quién es tu Beatle favorito? Toda mi ropa estaba en el coche, sobre el asiento y en el suelo, y a mí me encontraron completamente desnudo a un lado de la carretera. Lunes 28 de septiembre de 1987 Clare tiene 16 años ebookelo.com - Página 89CLARE: El lunes en la escuela todos me miran, pero nadie me dirige la palabra. Es asqueroso. Pensaba que era más adelante. Me incorporo en la cama, escucho. Clare enciende las luces y seguimos circulando deprisa, perfectamente alineados con las rayas amarillas del centro de la calzada y el arcén de la autopista. —Sí. —No, qué va. No, no. —¡Feliz Navidad, Henry! EL MEJOR PRECIO EN COCA COLA 3 litros $648 funda x 6 ... Coca Cola Original Desechable 3 Litros - Comercial JP, GASEOSA DUO MEGA COCA-COLA X 3 LITROS C/U, Bebida Coca-Cola original 3 L | SantaIsabel.cl, Coca-Cola rebajará el azúcar en su presentación de 3 litros, Refresco Coca Cola botella de 3 l - Bodega Aurrera, COCA COLA 3 LITROS X 2 P.E - supermercado tuyo, Gaseosa Coca-Cola 3 L - Mercados L. Pineda, Gaseosa Coca cola x 3 litros - Supermecado CHELY, Coca Cola 3 Litros. Unos moretones oscuros y púrpura que contrastan con su blanca piel. ¿Por qué me siento tan aliviado? Estudiamos nuestros reflejos, entrelazados en el recargado esplendor del baño dorado de Casa Palmer. Clare no levanta la vista de su falda. Clare suspira. Están fumando un porro a oscuras y observando por la ventana a un puñado de amigos de Jake que se están bañando en cueros en la piscina. Tomamos el sol untados con aceite de bebé. Entonces empieza a moverse, despacio. Mi madre pisó el freno sin resultado alguno. ¿Estás deprimido porque no hay mayonesa? Producto Agotado. No hay coches a la vista. —Oye, Clare… Tampoco creo que tú puedas demostrar que eres una persona. Suspiro. Soy ocho años mayor que tú. —¿Todo? ¿Dónde está tu instinto de conservación? No me siento muy bien. Clare contempla el tablero con aire soñador. —Perfecto. Debes acceder para publicar una valoración. Los oigo discutir en la biblioteca después de cenar. —Tu caso hace que me cuestione los cuentos de hadas. Las cosas se ponen feas para las blancas—. —Ecs. —¿Le gusto a Bobby Duxler? HENRY: Ha pasado un buen rato, puede que una hora más o menos. Helen y yo coincidimos en gimnasia durante la tercera clase. Yo soy más alto y musculoso, y me afeito. —Iré a buscar su inhalador —se ofrece Clare. No se mueve, y yo permanezco inmóvil durante un rato, sin lograr reunir fuerzas suficientes para entrar en su cuarto. ¿Te encuentras bien? Lo confieso. Dejaría un reguero de sangre y muertes a mi espalda. Es la única niña de la familia; sus hermanos son mayores que ella, se afeitan y son altísimos también. ebookelo.com - Página 64—Soy más real que Paul McCartney. —Bueno, pues yo también te digo que soy una persona. Es muy violento. —No puedo —le digo, sintiéndome muy desgraciada. —¿Cómo? Me he quedado sentada en la pequeña pasarela, contemplando las chinches de agua que patinan en el estanque diminuto y calmo, pensando en Henry. —Bueno, no es que sea demasiado fuerte, pero algo sí. No parece ser de las películas que te gustan. —No te abandonaré jamás —me dice—. Ejecutamos las siguientes diez jugadas con bastante rapidez y un moderado derramamiento de sangre, y entonces Clare se queda quieta calculando las posibilidades. —Es cierto —corrobora Clare, roja de satisfacción. Voy a llamar a todas las chicas que conozco. —Clare enciende la luz piloto y me sobresalto cuando veo que su cara y sus manos están manchadas de sangre. —Ahora vuelvo. —No lo sé. La beso, y luego desaparezco. No creo que me guste. Ruth sostiene mi mano durante unos instantes y luego, cuando el señor Partaki entra, me la suelta. Incluso una postura que en un principio resulta de lo más cómoda acaba convirtiéndose en una tortura al cabo de unos quince minutos. —Buscaba el orden y la razón, y a Dios también. No sé en qué época me encuentro. Deseo ser los dos a la vez, sentir de nuevo la sensación de perder los límites de mí mismo, ver la suma de futuro y presente por primera vez. ¡Es la quinta vez consecutiva que llego tarde al gimnasio! —Gracias a Dios —comenta ella, y se pone a llorar. Ahora inténtalo con Ruth. Henry dice que me conoce del futuro. ¿De acuerdo? Están de pie, mirando algo, pero entonces me oyen y se vuelven; y me doy cuenta de que ese hombre es Henry. Ecs, está lleno de telarañas. WebTwo Pack Coca Cola 3 L | Tottus Perú Home Alimentos y bebidas-Bebidas y licores Gaseosas, aguas y jugos Devolver es fácil y gratis Conoce nuestra Satisfacción garantizada COCA … Solo me hirió. Estos son los horarios de entrega disponible para tu distrito: Cliquea Enter después de cada item o sepáralos por comas (ej. Clikea en una burbuja para ver el detalle, Con todas tus compras acumulas puntos bonus, Mix de Gaseosas: Coca Cola + Inca Kola Botella 3 Lt, ¡Listo! —exclama con los ojos desorbitados y una expresión de profundo disgusto dibujada en el rostro—. Parece bastante joven, quizá tenga treinta y pocos años. —La verdad es que esto es fantástico. Clare tiene una expresión preocupada. Quiero decir que jamás me he cruzado con ninguno. Henry ha apoyado una silla bajo el pomo de la puerta. —Bueno, estás un poco rellenita en la actualidad, en mi presente, pero ya pasará. —me pregunta ella, sorprendida. ebookelo.com - Página 67—Dios te bendiga. —Nada. WebSupermercado Bebidas y Jugos Refrescos Refresco Coca Cola Original 3 Lt []Rotate. … Sin embargo, dijo que tienes que comportarte como si tuvieras libre albedrío, como si fueras responsable de lo que haces. —Sí. Las ambulancias intentaban llegar desde tres direcciones distintas y no consiguieron acercarse hasta media hora después. —Medio campo. —Un cliente de mi padre —miento. A lo mejor se ha equivocado al deletrear el nombre de Henry; a fin de cuentas, ni Nancy ni Laura saben nada de él. Clare frunce el ceño. Bebida Gaseosa. No está fechado. Solo que sus padres se han puesto paranoicos. Tú tienes dieciséis años y yo treinta y dos. —Bueno, como tu madre siempre daba la lata con el tema… —¿Daba? —Ya está. —¿Haces cosas que no desearías hacer? Abro siguiendo el movimiento habitual: peón cuatro reina. —Clare da la vuelta al coche y abre la portezuela del conductor—. Henry me contó una vez que fue a una sesión de espiritismo y a la médium le explotó el apéndice allí mismo, y tuvieron que llamar a una ambulancia. La regla más importante es que tienes que preguntar en voz alta lo que deseas saber, si no la cosa no funciona. Jueves 12 de abril de 1984 Henry tiene 36 años, y Clare 12 HENRY: Clare y yo estamos jugando al ajedrez en un claro del bosque. Los vestuarios se han quedado en silencio. Es decir, fuiste tú quien escribió aquella historia que se supone tengo que entregarte en 1991 sobre el bebé con síndrome de Down. Ir a la navegación Ir al contenido. Con el impacto, una plancha muy larga de metal voló desde la parte trasera de la camioneta, atravesó nuestro parabrisas y decapitó a mi madre. —Oh, estoy muy cómodo instalado aquí, gracias. No noto la diferencia. Clare abre la verja y entramos en la propiedad. Yo estoy echado, con la cabeza sobre su regazo. ebookelo.com - Página 94—¿Qué fecha? Ha traído un termo, tazas, una manta y unos donuts. No dejo de darme de narices contra el hecho de que no puedo cambiar nada, a pesar de hallarme aquí, contemplándolo. Empieza a colocar las fichas de nuevo en sus posiciones iniciales—. Sus dedos recorren mi puente hasta llegar a las cejas. —Sí. Parece triste y echo a correr, corro hacia la casa, y luego subo las escaleras con sigilo, me siento en la cama, temblando; sigo sin comprender lo que ha ocurrido, pero sé que es algo malo, muy malo. El sol empieza a ponerse. Escruto su rostro y me doy cuenta de que ha llorado. —¡Por el amor de Dios, Clare! Es deprimente. Nancy está de espaldas a mí, y no puedo ver su cara cuando dice: —¿Quién es Henry? Me siento algo mareado. Me aparto el cabello de la cara y le enseño la cicatriz del accidente. —¡Mierda! Me doy la vuelta y miro a Henry, quien me saluda, sonriendo. Por otro lado, me niego a hablar con ellos, así que siguen sin saber mi identidad ni mi dirección. De nuevo siempre, siempre lo mismo. —No lo entiendes. No se me ocurre una respuesta adecuada, porque esa idea jamás había cruzado por mi mente. —He traído champán y zumo de pera para preparar unos Bellini, pero me lo he dejado todo en el coche. Se abre la puerta y, tras una pausa, oigo una voz que dice: —¡Vaya! —Una mujer que se llama Alex. Se recuesta en mi brazo y yo la atraigo hacia mí. —pregunta Helen. Al cabo de un momento, la música se para en seco y se oyen fuertes pisadas que proceden del piso de arriba. —Si mencionas mi existencia, aunque sea a una sola persona, y lo descubro, volveré y te destrozaré. —Preferiría ser tu amante. —Y a ti, ¿quién te gusta? Nos dirigimos al coche, cabizbajos. Whatever you call it, nothing compares to the refreshing, crisp taste of Coca-Cola Original Taste, the delicious soda you know and love. —¿Qué? ebookelo.com - Página 70—Me encantan los ángeles. —Pero… Henry, si tú eras… Dijiste que no te acordabas. Nuestro pelo es del mismo tono castaño oscuro, los ojos son almendrados y negros, y presentan las mismas arrugas de cansancio; lucimos réplicas exactas de las orejas del otro. Tengo miedo del futuro; me da la impresión de que es como una caja enorme que me espera. Andamos durante unos cinco minutos, y entonces veo un pequeño claro con un olmo joven y ebookelo.com - Página 86muy práctico que se yergue en los límites. Yo no lo comprendía pero, de repente, lo comprendí todo, así. —Se suicidó —aventuro, embargada por la incertidumbre. WebCoca cola 3 litros Ordenar por Más relevantes OFERTA DEL DÍA Gaseosa Coca-cola Light 2.25 Litros Antes: 564 pesos con 50 centavos $ 56450 434 pesos con 67 centavos $ … He venido a enseñarte modales, puesto que ya has demostrado que no sabes lo que es eso. Me lo he hecho cuando conducías sin faros. —Henry, ¿darías una paliza a alguien por mí? —No hay nada que decir. —Detente ahí —me pide Clare, que me indica un punto justo debajo de la entrepierna de Jason. Tengo seis años y me cuesta creer que esa mujer en blanco y negro que aparece en la pequeña pantalla sea mi madre. Me encanta conducir, pero nunca me pongo al volante. (Respuesta: una cien). —No quería asustarte. Le pasa un trapo y me lo entrega. Mi otro yo parece distraído; no deja de mirar hacia la puerta. Hay más chicos que chicas, y desearía haber venido con pantalones y zapato plano, pero ya es demasiado tarde para remediarlo. Esperaré un poco. C'est magnifique mais ce n'est pas la guerre. Hay algo sabedor y cruel en la risa de Clare, y a mi entender este momento marca un límite, una especie de tierra de nadie entre la infancia de Clare y su vida de adulta. No obstante, Clare, que es la persona más honesta que conozco, es hipersensible incluso a las mentiras más piadosas, y ahora las únicas opciones de que dispongo son negarme a decir nada más, lo cual la sacará de quicio, mentir, algo que ella no aceptará, o decirle la verdad, que la entristecerá y complicará la relación con su madre. Clare apaga la luz piloto de un manotazo y, de nuevo, nos quedamos en la oscuridad. Yo, en cambio, me siento gorda. —No creo que haya más. Ya lo he visto antes; está colgado junto a la mesa de dibujo de Clare en el estudio que tiene en casa. Se ha construido una especie de nido de almohadas, cojines y mantas, y ha estado leyendo viejas revistas bajo mi lámpara de escritorio. Por el momento no disponemos de este producto en tu zona. Al cabo de un rato ya nos hemos aburrido del Juego de la Verdad o el Reto, sobre todo porque es difícil que se nos ocurran buenos retos que cualquiera de nosotras pueda aceptar, y porque sabemos todo lo que hay que saber de las demás, dado que vamos juntas a la escuela desde el jardín de infancia. La lluvia tamborilea sobre el coche. Casi me lo he creído durante unos instantes, sí, señor. Acaricio el pelo de Clare, y deseo fervientemente poder regresar al presente durante tan solo un minuto, el suficiente para consultar con Clare, para descubrir lo que debía decirle, a los quince años, sobre la muerte de su madre. —Ha sido un placer. —Quiero hacerle daño a una persona, y no soy lo bastante fuerte ni sé cómo luchar. —No, gracias. Fue horrible. Es un Bismarck, mi favorito. No siempre acabo sano y salvo como contigo, Clare. —No quiero hablar de ello. S/ 27. Cojo impulso hacia atrás y le doy una patada en el costado, justo en los riñones. Incluso mi madre me pregunta por qué no salgo con chicos. Hacía un tiempo espantoso. —Ajá. Joder, odio estas situaciones. —¿Cómo… por qué crees que sucedió así? —Sobre las seis. Helen se inclina hacia mí y me dice por lo bajo: —Deduje tu existencia. ebookelo.com - Página 54Saco veinte dólares. —¿Qué pasa? El dibujo no está en su lugar. —Auuu. Tu tienda en línea Walmart —Mírate. Ahora bien, si vuelves a someter a Clare a algún tipo de acoso, lo lamentarás. Puedes cambiar las cosas sin cesar. —El caos. De todos modos, tampoco me creerían. —Lo siento. Por otro lado, eres tú quien siempre me azuza para que te cuente cosas del futuro. —Sí. —Bueno, si precisamente tú te sientes constreñida por la idea de que tu futuro es inalterable, imagínate cómo me siento yo. Yo no iré a ninguna parte. Clare vuelve a su dibujo. A pesar de la camiseta de algodón que llevo debajo, el jersey me provoca una quemazón, y me duelen las costillas. —¿Está demasiado fuerte? Mi padre llegó a casa muy tarde ayer por la noche; creo que fue al Exchequer después del concierto, porque estaba tan borracho que se cayó por las escaleras y tuve que entrarlo a cuestas en casa y acostarlo. Entra en el huerto, y quiero saber qué es lo que miran, pero ahí no hay nada, y mi padre dice: —Vuelve a la cama, Clare. —De acuerdo —le digo en un tono tranquilo—. —De acuerdo. Sin mover nada, salvo los ojos, miro a Clare. Supongo que, como todavía no te has casado, deberíamos decir que eres mi novia. Ella iba vestida toda de negro, que entonces era bastante menos habitual que ahora. —¿Qué marca de coche teníais? Su aliento apesta a alcohol. Ha sido como… como ese día en la pista de patinaje sobre hielo. Eramos muy felices. Después de cenar vemos Tú a Boston y yo a California en vídeo; la familia Heppworth nos vigila por turnos hasta que todas nos hemos puesto el pijama en el baño del segundo piso y nos apelotonamos en el dormitorio de Mary Christina, que está decorado completamente en rosa, incluso la moqueta. —Ya sabes cómo funciona la gravedad, ¿no? Está tensa y se muestra inflexible. Me tomo la mitad de la bolsa de patatas fritas y la Coca-Cola caliente que Clare me ha traído. Recobro la postura anterior y miro ocioso los dibujos que las ramas trazan contra ebookelo.com - Página 92el cielo. Estoy a punto de regresar a la casa para coger un jersey cuando oigo que alguien camina por la hierba. —Mmmm —exclama Helen—. En el preciso instante en que esas palabras escapan de mi boca, me doy cuenta de que estoy hablando con Clare, la adolescente, y no con Clare, mi esposa, y me atizo mentalmente un golpe en la cabeza. Yo quería gritar: «No, llévesela a casa, no deje que se acerque al hielo, llévesela. Si Clare no quiere, no tiene ninguna obligación de decírnoslo. —¿Ah, sí? Tenía alerones. —Henry —dice Mary Christina—. WebGaseosa Coca Cola Botella 3 Lt Pack de 2 unid Coca Cola Código de producto: 148354 0 Wong Aguas y Bebidas Gaseosas Gaseosas Regulares Configuraciones Información … ¿Esposo? Chitón. —¿A qué hora? —Claro que es válido. En cuanto a la lista, si yo no la tuviese, no podría saber cuándo reunirme aquí contigo. —Mira. ¡Hora de despertarse! ebookelo.com - Página 61—Tanto a los veinte como a los treinta y seis. Me echo al suelo, esperando que la tormenta, que se arremolina, no repare en mí, y me tiendo de espaldas, mirando hacia arriba, cuando el agua empieza a caer del cielo. Los padres de Ruth estarán toda la semana en San Francisco; es decir, que al menos mi amiga gozará de cierto margen de tiempo para arreglarlo todo, limpiar la casa y dar las oportunas explicaciones, pero me alegro de que no se trate de mi casa. Debido a la inaccesibilidad del … Aunque tú siempre estés abandonándome. —Dime. La he rascado. —¿Me harías el favor? Tengo un hambre atroz. En cuanto a Clare, lo único que sabes de ella es que se trata de una chica encantadora que, por alguna inexplicable razón, no sale con nadie. Adiós, Clare —dice Helen riendo. —Chico, espero que no —dice ella estremeciéndose. Recuerdo que me permitieron quedarme en la sala de estar durante una fiesta que daban mis padres para recitar «Tigre, tigre que brillante ardes» a los invitados, con una completa puesta en escena a base de gruñidos; tenía cuatro años, y cuando terminé, mi madre me cogió en volandas y me besó, y todos aplaudieron. La Ouija da vueltas en círculo durante un rato, y luego se detiene en D, A, V. —¿David Hanley? —Sí. Domingo 23 de septiembre de 1984 Henry tiene 35 años, y Clare 13 ebookelo.com - Página 66HENRY: Estoy en el claro del prado. —Ooooh… —Fijaos en Ron —interviene Laura. Ayer me saqué el carnet de conducir, y mi padre me dijo que podía llevarme el Fiat a la fiesta de Ruth esta noche. —¿Ah, sí? Tripack Gaseosa … Botella de Coca-Cola de 3 litros Usted acepta los términos y condiciones descritos en este Acuerdo de Términos y Condiciones (“Acuerdo”) con … Me pregunto qué estará haciendo ahora Clare, en 1999. —Esto es una mierda —dice Helen—. Por su escote se ve París. Es curioso cómo se deteriora la memoria. : arroz,carne,huevos,azúcar). Sí, ya…). Soft drink. Clare pone los ojos en blanco. Puede que unos veintitrés kilos más. Clare me coge el termo, se sirve un dedito de café y lo prueba con cautela. Me ha parecido que era Henry. Quiero decir que estoy lo bastante loco para utilizarla de verdad, y eso sería una estupidez. —¡Eh! Del mes de octubre. Comienzo por los tobillos, y voy dando vueltas a la cinta con gran esmero, subiendo por sus pantorrillas y sus muslos. —Lo siento. ¡Más fuerte! Clare entra con una brazada de fibra de abacá. En una ocasión le pregunté cómo se había hecho esa cicatriz, pero ella no quiso decírmelo. ebookelo.com - Página 95Nochebuena, uno (siempre estrellándome con el mismo coche). No puedo, por ejemplo, evitar lo que acabas de hacer: quitarte los zapatos. Mis padres eran increíblemente buenos en su trabajo, y mi madre, sobre todo, era extraordinaria en su profesión. El día que las descubran, estoy perdido, porque tengo varias órdenes de arresto pendientes: allanamiento de morada, hurto en comercios, resistencia a la autoridad, violación del ebookelo.com - Página 55arresto, invasión de propiedad privada, exhibicionismo, robo, und so weiter. Me lleno los pulmones con el dulce aire de una noche de septiembre. —¿Cuál de ellos? —¿Quieres decir a los veinte años o a los treinta y seis? ¿Dónde está Ruth? —Pero eso no es lo que ocurre. Clare bebe la leche directamente del envase de cartón. Por lo tanto… —Helen se calla para eructar—. Con doce años, sin embargo, ya tiene edad suficiente para valerse por sí misma. Forma parte de una antología de poesías, Las elegías de Duino, de un poeta llamado Rilke. Por favor. Me miro las palmas y las noto pegajosas y rojizas—. El glaseado se ha derretido un poco al sol y se me pega a los dedos. Domingo 10 de diciembre de 1978; Henry tiene 15 y 15 años HENRY: Estoy en mi dormitorio con mi otro yo. Ya se la ha roto; pero podríamos cortarle los tendones de Aquiles. —Por ansiedad… Puro miedo. —Sí… Bueno, todo no. ¿Por qué debería limitarse el libre albedrío al bien o al mal? —Clare, comprendo por qué lo hiciste, pero lo que no entiendo es cómo lo hiciste. Enfilamos el camino y nos detenemos frente a una enorme casa de falso estilo colonial. En esta ocasión se trata de Clare, que se detiene espantada cuando ve que tengo compañía. Has tenido una hemorragia. Inclinaos ante mí, porque yo también soy un mago. Los pájaros cantan y las ranas croan. —Fue todo un placer —me contesta él, y esas son todas las palabras que llegamos a cruzar sobre el tema. Tú confía en mí. PubHTML5 site will be inoperative during the Se vuelve, esperando una respuesta, y yo sé lo que tengo que decirle… a él, a mí. —Se portó como un gilipollas, y ahora quieres que lo pulverice, ¿no? Yo no estaba segura de dónde nos encontrábamos; en algún lugar al que se llega por la carretera doce; él seguía conduciendo por diversos caminos de la zona, yo qué sé… Luego cogió una carretera asquerosa, y llegamos a una cabaña. La verdad es que para jugar con el tablero solo hay espacio para dos personas a la vez; por lo tanto, Mary Christina y Helen juegan primero. Luego le sigue la blusa, y veo que tiene la espalda cubierta de morados. ¿Un espíritu, tal vez? —¿Qué te pasa, Clare? El prado se vuelve azul, luego naranja, y rosa, las sombras se alargan, y finalmente se hace de día. Siempre me ha gustado Helen, y me entristece tener que engañarla. Suspiro. —¿Libre albedrío? Ese día mi padre llegaba en avión y mi madre y yo íbamos a buscarlo en coche para dirigirnos luego a casa de la abuela, donde pasaríamos las vacaciones. Es una niña, aunque no del todo. —¿Quién? ebookelo.com - Página 60—Ya las verás. Es lo que siento. Le entrego el arma, tiro de las manos de Jason para ponerlas en posición alrededor del tronco y se las uno con cinta aislante. Yo también me siento desbordada. La recuerdo sentada en un banco del parque Warren mientras mi padre me empujaba en el columpio y ella oscilaba: se acercaba y se alejaba sin parar. —No. —Vamos, Clare. —Es cierto. Ha sido perfecto. Todo esto me pasa porque no consigo dormir. —¿Quieres que me mueva? —Entonces, ¿tienes veinte años? —Eso es porque los médicos siempre intentan convencerme de que estoy loco. ¿Acaso Henry es una persona real? ebookelo.com - Página 73—Es extrañísimo. —¿Por qué Paul es para las chicas? —Sí. Camino en la misma dirección y me dirijo a una cama que he improvisado en el prado, bajo las estrellas. Eso ebookelo.com - Página 56es lo que yo desearía en su lugar. Clare ríe y se apoya sobre los codos. ¿Te gusta a ti? Delivery Coca cola Wong y Metro Cyber. Bueno, ahora entiendo que es eso lo que le molesta. Me limito a sonreír, y ella regresa a la manta y se sienta junto a mí. —¿Eh? Ya he pensado en lo que voy a hacer. Dice que en el pasado solo podemos hacer lo que ya hicimos, y que solo podemos estar ahí si estuvimos antes en ese lugar. —¡Uau! Está en su etapa Grace Kelly; lleva un abrigo de lana azul y una falda roja. Henry me desconcierta. ¿Tienes hambre? Jason está rojo como un tomate, y el tono de su tez contrasta vivamente con la cinta adhesiva de color gris. Me detengo y miro; al fondo, junto al huerto, veo a mi padre y a Mark, con su indumentaria de caza naranja claro, y a un hombre a su lado. —¿Con quién? Estudiamos El sueño de una noche de verano. No obstante, estoy demasiado acostumbrado, me siento demasiado cómodo en el papel, y termino quedándome fuera, recordando lo maravilloso que es tener nueve años y de súbito ver, saber, que mi amigo, guía y hermano soy yo precisamente. —Demuéstralo. —No te preocupes, no soy anoréxica ni nada parecido. —exclama con expresión sombría—. A ti te sienta muy bien. Abro la puerta, y me quedo de pie en el umbral—. Tienes razón. Pedir delivery de Coca Cola (1.5 Litros) en Rappi es un hábito que se ha vuelto popular. Regular S/. —No lo sé, Clare. Veo imágenes borrosas de mujeres, pechos, piernas, piel, pelo. Es decir que mi madre murió y yo no. «¡Vaya! —Lo ha preparado Nell. —¿Etta? —Es cierto. —¿Qué? La cinta le arrancó todo el vello del pecho. No puedo dejar a Clare así. El tipo del Corvette salió indemne. —No, no. Tendría que sentirme como un campista feliz, pero nada más alejado de la realidad. Supongo que creía saber cómo se sentía, por el hecho de estar secuestrada y de que la obligasen a actuar de un modo que ella no deseaba, aunque al mismo tiempo parecía que disfrutaba con todo aquello. Le dije que estaba cansada y que quería regresar a casa, pero él se puso como loco. Luego se sitúa a mi lado del coche. Aquino creía en Aristóteles y en los ángeles. —De acuerdo —dice Clare riendo—. Yo no te estoy convirtiendo en nada. —A Clare se le quiebra la voz, y apenas la oigo—. —¿Quieres que lo haga de un modo anónimo o prefieres que sepa que voy de tu ebookelo.com - Página 85parte? ¡Jaque mate! Quiero decir, acabas de decidir, haciendo gala de tu ebookelo.com - Página 68libre albedrío, quitarte los zapatos. Niego con la cabeza, como si para mí también fuera un misterio. —Pellízcame —me pide. —pregunta gentilmente. Helen y yo tenemos las taquillas en la misma zona. —Claro, eres una chica. —exclama Clare risueña. Henry se duerme con la luz encendida. Toma. —Buenas noches. Se me empapa la ropa en un instante, y en ese mismo momento noto que Henry está ahí, siento una increíble necesidad de que él esté ahí y ponga sus manos sobre mí, aun cuando me embarga la sensación de que Henry es la lluvia y yo estoy sola, deseándolo. Tú también hablarás, si no al tiempo —responde encogiéndose de hombros—. —¡No! Lucille se encuentra bien. Está increíblemente fuerte y amargo. Gruño y me froto los ojos. —Ya lo sé —dice Clare. El coche se desliza por el camino, toma una curva y desaparece en la noche. —Clare, no es una buena idea. De pequeña, eso no me creaba ningún conflicto; claro que no tenía ni idea de lo que eso significaba. Quiero decir que lo intenté, y por el hecho de intentarlo, sucedió. Henry, no me gusta viajar por el tiempo solo. Me enderezo y me froto las muñecas, que todavía conservan la marca de las esposas. —Entonces es que eso ya habría ocurrido. Nancy tiene una botella de licor de Peppermint y lo probamos. Además, necesito mear. —¿Por qué? Cuando me piden para salir, digo siempre que no; además, Beatrice Dilford, que sí es tortillera, me ha preguntado si yo también lo soy. Me encanta cuando las pequeñas piezas del rompecabezas encajan así. —Ven —le digo, frotando mi palma izquierda sobre su labio superior y bajo la nariz—. —Por el mismo motivo que tú; la chica con quien salía quería ir a verla. Ya no era hora punta, pero la circulación era complicadísima a causa del tiempo y las vacaciones. —grita Jason. Todavía quedan restos de nieve en su pelo, y sus mejillas están arreboladas. Webcoca cola de 3 litros. Cierro los ojos. A mi madre no le gusta nada la idea, pero como mi padre ya me ha dicho que sí, no puede hacer nada para impedirlo. —¿A santo de qué? Si me hubiera roto un brazo, sería un gran entusiasta de la medicina occidental. —Hemos sido muy benévolos contigo en esta ocasión. —Bueno, pues vengo a hacerte compañía. Helen está clavada ante los faros. Por esa razón me encanta que Clare me dibuje: cuando me mira con esa atención, siento que lo soy todo para ella. Cuando termina el programa, echo un vistazo y me doy cuenta de que se ha marchado, se ha desvanecido y se encuentra ya en mi antiguo dormitorio del piso de mi padre, de pie y aturullado por el sueño, junto a mi antigua cama, sobre la que se desploma agradecido. —Cáncer de ovarios —le digo bajito. Clare coloca su mano en un lugar en el que posiblemente no debería estar. No importa, a nadie le preocupa que lleves zapatos o no, no es algo pecaminoso o virtuoso, y no influye en el futuro, pero tú has hecho uso de tu libertad de albedrío. ; nosotras cantamos y Mary Christina sopla las doce velas de una sola vez. —Se le borra la sonrisa—. —¿Qué te parece aquí, Clare? Clare mueve la cabeza hacia delante, en un estertor, y tiene los labios prietos. —¿Café? Al final, cierro la puerta y regreso a mi dormitorio. Dinos quién es Henry. «Me gustas tú», pienso, pero no lo digo. A todas nos parece bien, en parte porque es su fiesta de cumpleaños y también porque el juego de la Ouija es buenísimo. Es un precioso día de primavera y la naturaleza rebosa de vida con el cortejo y la anidación de los pájaros. Me encojo de hombros y cambio de tema de conversación. ebookelo.com - Página 90—Ah, Mademoiselle Abshire, asseyez-vous, s'il vous plait. —Ah. —¿Comes bien? Clare sonríe. Los camilleros vinieron corriendo. —Se aleja como repelida por un enorme campo magnético—. —Te llevaré en coche. —¿Eres asmático? —le pregunta Ruth. Important AnnouncementPubHTML5 Scheduled Server Maintenance on Bajo la penumbrosa luz de la noche le toco el rostro. Clare se quita los zapatos y los calcetines. Intento recordar cómo era cuando tenía veinte años. —Del año 2001. —Me ocupaba de mis asuntos. No les digo nada de ti. Viernes 5 de junio de 1987 Clare tiene 16 años, y Henry 32 CLARE: Llevo todo el día esperando a Henry. —quiere saber Clare. ebookelo.com - Página 57Todas nos reímos. Clare también me ha dejado el South Haven Daily de hoy; lleva fecha del 24 de diciembre de 1988. A la cama. Jason asiente. Clare sale del aparcamiento con dificultad y se aleja. De todos modos me gusta. Una sonrisa de satisfacción le asoma por las comisuras de los labios. Te lo explicaré luego» (aunque, conociendo a Henry, es probable que no me explique nada. La circulación se detuvo. Su respiración se ha convertido en un resuello prolongado y tembloroso. Espero. —Te prometo que soy una persona, Clare. WebEncuentra Bebida Coca - Cola 3 L y la mejor variedad de productos Coca Cola en Jumbo.cl —Me lamo la palma derecha y aparecen cuatro profundos cortes alineados en forma de luna creciente. Y tus padres, ¿qué? —Adelante. Ahí termina todo. Lo único que puedo ver son los números iluminados del radiorreloj. En la playa los tres llevamos gafas de sol a juego, y a mí me han puesto un ridículo sombrero azul. —Es jugador de fútbol o algo por el estilo, ¿verdad? Me siento como Harriet, la Espía, después de que sus compañeras de clase descubrieran su libreta de anotaciones secretas. Me da un beso en la frente. —No importa. Me vuelvo otra vez para mirarlos, pero no veo a Henry, y mi padre dice: —Venga, Clare. Clikea en una burbuja para ver el detalle, Con todas tus compras acumulas puntos bonus, Gaseosa Coca Cola Botella 3 Lt Pack de 2 unid, ¡Listo! —Muchísimo —susurro. ebookelo.com - Página 91Alguien del fondo empieza a aplaudir, y luego todas aplauden, y ríen, charlan y bromean. El interior del coche patrulla huele a cigarrillos, cuero, sudor y otro olor que no consigo identificar y que parece endémico a los coches patrulla. La caja está chafada, y al triangulito que señala las letras le falta la ventanita de plástico. El primero que me lo pidió fue Jason. Clare me matará por esto. Es decir, si soy yo quien te está inventando, y no quisiera que tú supieras que eres un invento mío, no te lo diría, ¿verdad? ¿Cómo se te ha ocurrido salir con alguien así? ¿Acaso no es lo mismo que sintió este mientras se divertía hiriéndome a mí? Clare sigue mis instrucciones y le pregunta si quiere más. Me mira con aire interrogativo. —Pues a ti no te gusta la medicina convencional. —Por favor —profiere Clare con un hilillo de voz. —Todo esto resulta patético. El conductor de la camioneta abandonó su vehículo para averiguar qué le había golpeado, vio a mi madre, se desmayó en la calzada y lo atropello un conductor de un autocar infantil, que no lo vio porque estaba asombrado contemplando el accidente. —Es indispensable para los viajeros del tiempo, que necesitan conocer toda clase de gacetillas, que te cuenten las noticias de un momento determinado —me dice con un ejemplar de World Almanac de 1968 en las manos. ¿Es eso lo que hace aceptable su actitud? Mi madre se pone pintalabios, perfilador de ojos, máscara para las pestañas, colorete y lápiz de cejas para ir a la tintorería. Me despido con un gesto de la mano, ella sonríe y me dice adiós en silencio. —No lo sé. Coca-Cola, bebida gaseosa. Mis pesquisas se encaminan hacia finales de los setenta o principios de los ochenta. —Vale más que enciendas las largas, Clare. La clase está traduciendo a Montaigne. Entra el aire fresco durante un segundo (en el que abro de golpe los ojos) y veo la rejilla metálica que separa la parte delantera del automóvil de la trasera, los asientos de vinilo cuarteados, las esposas en las manos, mis piernas con la carne de gallina, el cielo sereno a través del parabrisas, la gorra negra y con visera sobre el salpicadero, la tablilla de notas en la mano del oficial, su rostro rojizo, las cejas grisáceas y espesas y las mejillas caídas como cortinajes… Todo brilla, iridiscente, en colores parecidos a las alas de una mariposa, y el policía dice: —Eh, está teniendo una especie de ataque… Me castañetean los dientes con violencia, y ante mis ojos el coche patrulla desaparece y me encuentro echado de espaldas en el patio trasero de mi casa. —Intento fingir que lo siento y me muestro complaciente. Incluso he hablado con ella alguna vez; hemos intercambiado algún comentario del tipo «Qué tiempo más horrible, ¿verdad?». Nos levantamos temprano y ella cargó las maletas en el coche. Jamás había visto esas prendas y por lo tanto no se me ocurre en qué época debo de estar. —¿Es muy alto? Me quedo echado tomando el sol durante un rato, cuestionándome la existencia de Dios y leyendo a Dorothy Sayers. —exclama, lanzando la carga al suelo y acercándose a mí—. Haré unas cuantas llamadas. Se me ha dormido el culo. —Sí. Déjanos tus datos y te avisaremos en cuanto esté disponible. Se acerca dando taconazos por mi lado del coche, se inclina hacia delante y atisba hacia el interior. —Yo creía que el libre albedrío tenía que ver con el pecado. Me refiero a aquel que me hiciste. El cielo vira hacia un rosado naranja tras los árboles que dan hacia el oeste, y el azul intenso traza su arco sobre mí. —¡Clare! —Paul es para las chicas. Era la segunda vez que me ocurría, así que no tenía ni idea de lo que había sucedido. Henry sonríe. Henry dice que viene del futuro. Te doblo la edad. 29.70Online S/. —exclama—. Ahora en serio, Clare, ¿por qué no acabas ebookelo.com - Página 77con esta situación de una vez por todas? Ruth formula su pregunta y pide (cómo no) a quién le gusta ella; el tablero Ouija deletrea la palabra R, I, C, K. Noto que está empujando. —Sí —admito con reticencia. —Ah… Se introduce por un camino particular y detiene el automóvil. Lo saca del armario. Dejo en el suelo la bandeja de comida que le he traído. Immer wieder. Yo mismo fui un gilipollas cuando… Clare se ríe con sorna. Quiero decir que este yo que ves ahora tiene treinta y seis años, pero en algún lugar de ahí fuera tengo veinte —le digo señalando hacia el sur—. Yo iba sentado en el asiento del copiloto, y los dos llevábamos atado el cinturón. —He olvidado preguntarte de qué época vienes. A los doce tenía otras cosas en que pensar, pero cuando cumplí los trece me enamoré locamente de Patty Hearst. —Bésame —me exige. Es muy pronto, por la mañana, justo antes del amanecer. Ni siquiera yo sé gran cosa sobre ebookelo.com - Página 58Henry. He pensado que quizá te gustaría venir con nosotros. Era el día de Nochebuena por la mañana, y mi padre se encontraba en Viena porque pronto íbamos a mudarnos allí y había que buscar un piso. Hace un año, sin embargo, habría elegido a Dios sin dudarlo. Se rasca el cuello y me mira molesta. —¿Cómo si Blancanieves hubiera entrado en coma? El año pasado creció trece centímetros, y todavía no se ha acostumbrado a su nuevo cuerpo. Este interludio veraniego es idílico. —¿Qué? Por lo general eso significa que va a pronunciar una cita de un libro del cual jamás he oído hablar o que me instruirá sobre algún tema en concreto. Cuando termina, se echa atrás y tapa el rotulador. El hermano mayor de Ruth, Jake, también ha invitado a sus amigos, y en total hay aproximadamente unas cien personas, todas ellas borrachas. Laura me abraza a modo de disculpa y se apresura hacia la clase de música, que se imparte en el otro extremo del edificio. —le pregunto a Clare. Me vuelvo y miro a Clare, que está lívida bajo el maquillaje. —Prométeme una cosa… —¿El qué? Sabe asqueroso, es como si me hubiera tragado Vicks VapoRub y me quemara el pecho. Nunca se sabe… El futuro es extraño, y no ebookelo.com - Página 80puedes ir por ahí comportándote como si fueras invencible. Eso es información altamente confidencial. —Cuando yo tenía seis años. Todas las chicas dejan de hablar. Solo ha sido un sueño. Solo sigue estos pasos: Crea tu perfil y completa tu registro. Me arrellano en el asiento y espero. —¿Lo sabe por experiencia propia? Compra todo en Bebidas y Licores con envío a domicilio. En este momento me mira a los ojos y sonríe. Me siento como un cabrón. Son las 23.38. Mi padre es muy parecido a como es ahora: alto, enjuto, austero en su indumentaria y amigo de llevar sombrero. —Conquista mi alfil con su caballo y esboza una sonrisa ladina. —le pregunto. —Si mi hija saliera en coche el día después de sacarse el carnet, yo estaría sentado tras la puerta principal con un cronómetro en la mano. —Ein jeder Engel ist schrecklich. —¿Y eso por qué? ¿Qué pasa? Por lo general, voy tranquilo cuando conduces tú. La fuerza pública de esta ciudad me odia porque siempre desaparezco mientras estoy bajo custodia, y no pueden entenderlo. Enseguida me siento mejor. Ignoro su gesto. Luego supe que murió en el hospital, y empecé a viajar a ese día sin cesar, porque quería avisar a su madre, y no podía. De ninguna manera. Vivian es esa chica de geometría que despierta mis instintos lujuriosos. —No lo sé. Clare se queda en silencio. —Dudo que fueras un gilipollas de campeonato como Jason Everleigh. —me dice riendo—. Etta se llevará un susto de muerte cuando me vea. —De acuerdo. Coca Cola 3 Litros. Le cedo mi asiento en el metro, la sigo al supermercado, la observo cantar. —Prométeme que no volverás a intentar nada parecido. —Conocer el futuro no tiene nada que ver con que te digan qué cosas te gustan. Déjanos tus datos y te avisaremos en cuanto esté disponible. ¿Cómo voy a entrar con estas manchas de sangre? La diferencia está en su semblante. —exclama el sujeto, acompañando la frase de un sonido obsceno, como si se relamiera. Sin pensarlo, los coloco sobre mis hombros, pero entonces me doy cuenta de que en cierto modo esa postura es demasiado sexual, y me apresuro de nuevo a cogerle los pies y a sostenerlos con una mano en el aire mientras ella yace de espaldas, inocente y angélica, con el pelo extendido como un nimbo sobre la manta. —¿Qué pasa? ¡La vida sería tan fácil! Estoy sudando; Henry abre la ventana y el aire frío penetra en el dormitorio. Nadie te ha hecho daño, al menos de momento. No puedo creer que esté celoso de una vieja y multimillonaria estrella de rock lo bastante mayor para ser el padre de Clare. —¿Por qué habría de hacerlo? Oye, Clare. —Nada. Vale. —Gracias a Dios —me dice sonriendo. Oigo cómo doblan las campanas de San José. —¡Clare…! —No eres un vejete. Voy a desmembrarlo. Lo construyeron como si fuera un tanque. —Ah… No, no es verdad. Llama a Rob. —Dejadla tranquila —tercia Laura—. Me asalta la idea de que estoy celoso. Me callo. ¿Hice lo correcto cuando le pedí que me ayudara? —Dime, ¿por qué te gusta Paul? WebSiendo que el nuevo producto era una sustancia gelatinosa, no saltaba o se derramaba y podía ser guardado en espacios altos fácilmente ya que venía en botellas mucho más pequeñas … Estamos a finales de verano; las flores y la hierba me llegan al pecho. Las carreteras estaban resbaladizas, y el impacto del Corvette nos propulsó hacia delante, acelerando nuestra marcha en un momento en que el tráfico enlentecía. —Pero a veces tú me dices cosas, y siento como si viera el futuro ante mí, ¿sabes? —pregunta Ruth. WebRefresco Coca-Cola 3 L 3 L Tamaño de empaque 1 Botella 4 Botellas 6 Botellas $40.00 3 L Este producto podría no estar disponible en tu área, Ingresa tu dirección de entrega para … Me siento entre Laura y Helen. —le pregunto. El Corvette, conducido por un dentista que ya iba algo ebrio a las 10.30 de la mañana, avanzaba a una velocidad demasiado rápida y no pudo reducir la marcha a tiempo a causa del hielo de la carretera, así que chocó con nuestro coche. Le pincho el estómago con el dedo y ella se dobla como un erizo, riéndose. Se aprende el papel de suplente de la Aida de Linea Waverleigh; y luego la eligen para cantar Carmen. Así que pensé que sería mejor salir con algunos ebookelo.com - Página 83chicos. La mirada de Henry después de dar una patada a Jason era de absoluta indiferencia, como si acabara de estrechar una mano, como si ningún pensamiento ocupara su mente, y luego se le veía preocupado porque no sabía cómo reaccionaría yo; y me doy cuenta de que Henry disfrutó golpeando a Jason. ¿Cómo pedir delivery Coca Cola (1.5 Litros) en Rappi? WebSupermercado Bebidas Gaseosas Gaseosas Familiares BIG COLA SKU: 20238217 Gaseosa BIG COLA Botella 3.03L En caso algo no vaya como gustes: Puedes revisar nuestras … —¿Es eso lo que querías? No estaré mucho tiempo dentro, y luego podemos ir a cualquier otra parte. —Helen se acerca a mí y me abraza con cuidado. —le pregunto. Tengo miedo del frío. »Entramos en el coche —le digo a Clare, reanudando mi relato—. Despacho a Domicilio. —Soy lo bastante mayor. Miro a Henry, para que me explique todo aquello. Me encuentro delante del aula de francés. —Sí. —Hay mucha gente que conoce a Paul McCartney… pero yo soy la única que te conoce a ti. Su madre es un poco más baja que ella, pero su padre es francamente altísimo. Dentro de una década votará por el determinismo, y diez años después Clare creerá que el universo es arbitrario, que si Dios existe, no oye nuestras plegarias, que la causa y el efecto son ineludibles y brutales, pero sin sentido alguno. Intento pensar deprisa. Creo que me voy, Clare. —De acuerdo. Nos hallamos aquí fuera porque Clare tenía que dibujar árboles para la clase de arte. Espera, ya lo tengo. —Ah. »Chocamos con la camioneta prácticamente a cámara lenta o, al menos, eso me pareció a mí —le confieso—. —Se mueve insegura cuando pasa por delante del coche, abre la portezuela y se deja caer en el asiento del conductor—. —Tú tampoco. —De acuerdo. Estoy echado en esa cama dura de hotel, desamparado, solo. —¿Cómo lo sabes? —Hice lo que me dijiste. Solíamos viajar por todas partes, viviendo en habitaciones de hotel de todo el mundo. Una vez, cuando casi era Navidad… —¿De que año? —Veamos. Además, tú ni siquiera crees en Dios, ¿verdad? —¡Me he sacado el carnet de conducir! ¿Algo más? ¿No quieres saberlo? El trozo de la cinta que registra lo que le sucedió a Clare en esa cabaña no deja de sonar incesantemente en mi cabeza. Clare es toda oídos; siempre se muestra ansiosa por atrapar cualquier fragmento de autobiografía que dejo caer. Para mí, sin embargo, no cabe la espera, y aparezco ante él de un brinco, ebookelo.com - Página 75asustándolo. Le corta la ropa interior, y yo empiezo a atarlo por la cintura. Eso es información confidencial. —¿Qué es Traver? —Clare mueve su reina de Q2 a KN5—. La medicina no occidental. —Dímelo —me exige. —me pregunta. Era como estar entre el público que contempla una película. —¿Cómo podrías perderme? Clare se encoge de hombros. —Pues lo es. —No, cambiaría muchísimo la composición. Muchas veces aparezco en lugares donde solo consigo ropa y comida robando. Sabrás cómo te gusta el café al margen de lo que yo te diga. Es muy joven. —Tenemos grandes proyectos. Le paso las manos por el pelo y me llevo un pequeño puñado de nieve que se funde enseguida. WebBebida Coca Cola original desechable 3 L 3 litro Sku: 000000000000123813-UN 3 x $5.790 ($643 x litro) $2.990 ($997 x litro) Agregar Información del producto Descripción Coca … Para pagar tu pedido de Coca Cola (1.5 Litros) debes comprobar tu dirección, elegir el método de pago y finaliza oprimiendo en “Realizar Pedido”. En una ocasión oí que mi padre se preguntaba si yo no estaría enfermo de cáncer. —No puedo, Clare. Sparkling beverage. Doy unos pasos a su alrededor y miro a Clare. WebTripack Gaseosa Coca Cola + Inca KoLa + Fanta 3 L - PACK 3 UN Por Tottus. Oigo el viento y el graznido de los cuervos. 28.50ou 24X de S/. —No deberías hablar así —exclama Clare—. Hay tantas cosas que quiero saber: «¿Se encontrará bien mamá? Estoy cansada de tantos secretos. Se come uno de mis peones con la torre—. —Uauu. Ella sale del coche de un salto, me dice: «¡Quédate aquí!», como si yo fuera un perrazo desobediente, y se aleja tambaleándose con sus tacones y su falda corta hacia el domicilio de Ruth. Al cabo de unos instantes, me siento un poco mejor, y percibo que todo está en silencio. Lo examino. Una parte de mí desea convertir a Jason en picadillo, pero la otra no quiere moler a palos a alguien atado a un árbol con cinta adhesiva. FEMSA … Clare está creando una enorme escultura con diminutas virutas de papel púrpura; parece un cruce entre un teleñeco y el nido de un pájaro. ¿Un esposo, dice? —Claro que puedo. Asiente. —Míralo en la revista. Empecé a pensar que a lo mejor no nos conoceríamos en el futuro por culpa de mi insistencia en probar este experimento. —¡Estuviste fantástico! Clare se esfuerza por entenderlo. Parece mucho mayor de los dieciséis años que tiene. Me siento junto a Clare. —De acuerdo. —A los veinte no había ninguna mujer relevante en mi vida.
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